Stones
A 3 km de Martorell en dirección Barcelona había un camión volcado que hizo que me retrasara casi una hora. Puse el Exile on Main St.
A las nueve entraba en el estadio de Montjuich y Jose, excompañero de trabajo y colega de conciertos, me había cogido una pulsera permtía entrar en la zona más próxima al escenario. Hacia las 10 y cuarto empieza Start me up. Las giras de los Stones son algo seguro. No hay mucho margen. Ver qué sorpresa habrá y qué canciones se quedarán fuera esa noche. Por lo demás, impecable. No podría ser de otra manera. Se tiene la certeza de que si hay concierto, cumplirán. Jagger con una chaqueta roja y cantona mueve su cinturita. Busco con la mirada a Richards, que lleva algo que brilla como lentejuelas. Ron Wood se ocupa más de los agudos y Richards riffea con su estilo, acordes más bajos. Charlie golpea con fuerza tremenda los tambores, erguido, los hombros hacia atrás. Parece que sólo mueva los antebrazos. Sigue Let's spend the night toghether. Poco despues, uf, oigo el acorde inicial de Tumblin' dice, una canción que no me llamaba mucho la atención cuando emepecé a escuchar en serio a los Stones hace 15 años y ahora la siento intensamente, en el coche o en vivo. Estamos en primera fila despalzados hacia la izquierda y Keith Richards se acerca allí para el segundo solo de la canción, a escasos metros. Se agacha, apoya un pie en la barandilla, sonríe, hace ese gesto con el hombro que me vuelve loco. Siempre he pensado que el carisma de Jagger está en su saber hacer profesional y su saber estar, sin niguna connotación peyorativa por mi parte, y el de Richards en su propio encanto personal. Le adoro, dan ganas de abrazarle, y más ahora, con ese aspecto desvalido que o bien no había tenido o se ha acentuado en los últimos cinco años. Ron Wood está bien como está. Parece que los Stones le vayan a él como anillo al dedo. Tiene el mérito, en mi opinión, de haber hecho suyas con los años canciones que forman parte del repertorio en cuya gestación no participó. La época del pobre Brian Jones o la maravillosa etapa con Mick Taylor. Me da la impresión de que va borracho y no me extrañaría demasiado que así fuera.
Y Rocks off, la primera canción del Exile, estupenda, aunque echo de menos la segunda voz de Richards. Una bella canción del último Lp, Streets of love, preciosa y sentida en directo. Jagger se va del escenario y deja a Richards al mando, si tal cosa fuera posible. Y la sorpresa de la noche, Richards canta sin guitarra You got the silver, una de las joyas poco conocidas del tremendo y Let it bleed. Tremendo y asutero había sido un año antes el Beggar's Banquet. Luego canta I wanna hold you. Entrañable y conmovedor en las dos. Jagger se adorna con el Midnight rambler. Creo que un estadio no es el mejor lugar para darle tantos minutos a esta canción, ya de por si larga. De todos modos cuando suena enérgica te acelera el ánimo.
Hace dos meses aludí a un tipo de mujer que se suele ver en estos conciertos. Tengo una así detras o al lado, según el rato. Unos 40 o 30 y muchos. Morena y de negro. Camiseta negra y vqueros negros. Mas bíen delgada pero genereosa de pecho. Y sobretodo, unos ojos ocuros y una sonrisa bonita. Va sola. Intercambiamos algún gesto y alguna sonrisa.
Se van hacia el centro del estadio. Respectable pierde un poco de fuerza, Miss you como siempre. Ni un pero a It's only rock and roll. Honky tonk women me encanta. El inicio la letra, la fuerza, el solo de guitarra, el piano, el mensaje obvio y canallesco . Vuelven al escenario principial. Ha pasado el tiempo rápido y temo que no quede tiempo para ninguna más de las que nunca faltan.
La afilada Sympathy for the devil es una de ellas con esa percusión que te mantiene en tensión. Jumpin' Jack Flash. Qué fuerza sin necesiadad de gritar ni abusar de la distorsión. Richards sigue con ese movimiento de hombro. Me hace pensar en el extraño verso de Hey Jude
the movement you need is on your shoulder
La canción la escribió McCartney para el hijo de Lennon, triste tras el divorcio de sus padres. El día que McCartney se la cantó al piano a Lennon le dijo que cambiaría ese verso, que quedaba raro, que no se entendía. Lennon le replicó que ni se le ocurriera, que se entendía perfectamente y que era el mejor verso de la canción. La silueta de Richards con la cinta en el pelo, las piernas algo separadas y el mástil de la guitarra inclinado unos 45 grados es una imagen bellísima. Me emociona esta imagen del mismo modo que me emociona la humanidad de Lonh John Silver o el aislamiento del Fantasma de la ópera o la fatalidad del Capitán Ahab. Ese rostro surcado y terrible, el cuerpo enclenque, esa sonrisa de pobre diablo agradecido. Y es un músico inmenso que tiene que cargar con el elogio estúpido e injusto de su mérito en la creación de ese riff tan suyo, como si fuera lo único o lo más importante que ha hecho. Estúpido es señalar la guitarra y no su cabeza.
Brown sugar, del Sticky Fingers. Los Stones iban a velocidad de vértigo desde el Aftermath, año 66, y en el 71 sonaban imparables y lanzados. Se retiran y Jose me ha dicho que sólo hay un bis, así que será Satisfaction. Yo había acudido con muchas ganas de You can't always get what you want. Qué cosa, ¿eh?
pero si lo intentas, a veces
puede que veas
que consigues lo que necesitas
A las nueve entraba en el estadio de Montjuich y Jose, excompañero de trabajo y colega de conciertos, me había cogido una pulsera permtía entrar en la zona más próxima al escenario. Hacia las 10 y cuarto empieza Start me up. Las giras de los Stones son algo seguro. No hay mucho margen. Ver qué sorpresa habrá y qué canciones se quedarán fuera esa noche. Por lo demás, impecable. No podría ser de otra manera. Se tiene la certeza de que si hay concierto, cumplirán. Jagger con una chaqueta roja y cantona mueve su cinturita. Busco con la mirada a Richards, que lleva algo que brilla como lentejuelas. Ron Wood se ocupa más de los agudos y Richards riffea con su estilo, acordes más bajos. Charlie golpea con fuerza tremenda los tambores, erguido, los hombros hacia atrás. Parece que sólo mueva los antebrazos. Sigue Let's spend the night toghether. Poco despues, uf, oigo el acorde inicial de Tumblin' dice, una canción que no me llamaba mucho la atención cuando emepecé a escuchar en serio a los Stones hace 15 años y ahora la siento intensamente, en el coche o en vivo. Estamos en primera fila despalzados hacia la izquierda y Keith Richards se acerca allí para el segundo solo de la canción, a escasos metros. Se agacha, apoya un pie en la barandilla, sonríe, hace ese gesto con el hombro que me vuelve loco. Siempre he pensado que el carisma de Jagger está en su saber hacer profesional y su saber estar, sin niguna connotación peyorativa por mi parte, y el de Richards en su propio encanto personal. Le adoro, dan ganas de abrazarle, y más ahora, con ese aspecto desvalido que o bien no había tenido o se ha acentuado en los últimos cinco años. Ron Wood está bien como está. Parece que los Stones le vayan a él como anillo al dedo. Tiene el mérito, en mi opinión, de haber hecho suyas con los años canciones que forman parte del repertorio en cuya gestación no participó. La época del pobre Brian Jones o la maravillosa etapa con Mick Taylor. Me da la impresión de que va borracho y no me extrañaría demasiado que así fuera.
Y Rocks off, la primera canción del Exile, estupenda, aunque echo de menos la segunda voz de Richards. Una bella canción del último Lp, Streets of love, preciosa y sentida en directo. Jagger se va del escenario y deja a Richards al mando, si tal cosa fuera posible. Y la sorpresa de la noche, Richards canta sin guitarra You got the silver, una de las joyas poco conocidas del tremendo y Let it bleed. Tremendo y asutero había sido un año antes el Beggar's Banquet. Luego canta I wanna hold you. Entrañable y conmovedor en las dos. Jagger se adorna con el Midnight rambler. Creo que un estadio no es el mejor lugar para darle tantos minutos a esta canción, ya de por si larga. De todos modos cuando suena enérgica te acelera el ánimo.
Hace dos meses aludí a un tipo de mujer que se suele ver en estos conciertos. Tengo una así detras o al lado, según el rato. Unos 40 o 30 y muchos. Morena y de negro. Camiseta negra y vqueros negros. Mas bíen delgada pero genereosa de pecho. Y sobretodo, unos ojos ocuros y una sonrisa bonita. Va sola. Intercambiamos algún gesto y alguna sonrisa.
Se van hacia el centro del estadio. Respectable pierde un poco de fuerza, Miss you como siempre. Ni un pero a It's only rock and roll. Honky tonk women me encanta. El inicio la letra, la fuerza, el solo de guitarra, el piano, el mensaje obvio y canallesco . Vuelven al escenario principial. Ha pasado el tiempo rápido y temo que no quede tiempo para ninguna más de las que nunca faltan.
La afilada Sympathy for the devil es una de ellas con esa percusión que te mantiene en tensión. Jumpin' Jack Flash. Qué fuerza sin necesiadad de gritar ni abusar de la distorsión. Richards sigue con ese movimiento de hombro. Me hace pensar en el extraño verso de Hey Jude
the movement you need is on your shoulder
La canción la escribió McCartney para el hijo de Lennon, triste tras el divorcio de sus padres. El día que McCartney se la cantó al piano a Lennon le dijo que cambiaría ese verso, que quedaba raro, que no se entendía. Lennon le replicó que ni se le ocurriera, que se entendía perfectamente y que era el mejor verso de la canción. La silueta de Richards con la cinta en el pelo, las piernas algo separadas y el mástil de la guitarra inclinado unos 45 grados es una imagen bellísima. Me emociona esta imagen del mismo modo que me emociona la humanidad de Lonh John Silver o el aislamiento del Fantasma de la ópera o la fatalidad del Capitán Ahab. Ese rostro surcado y terrible, el cuerpo enclenque, esa sonrisa de pobre diablo agradecido. Y es un músico inmenso que tiene que cargar con el elogio estúpido e injusto de su mérito en la creación de ese riff tan suyo, como si fuera lo único o lo más importante que ha hecho. Estúpido es señalar la guitarra y no su cabeza.
Brown sugar, del Sticky Fingers. Los Stones iban a velocidad de vértigo desde el Aftermath, año 66, y en el 71 sonaban imparables y lanzados. Se retiran y Jose me ha dicho que sólo hay un bis, así que será Satisfaction. Yo había acudido con muchas ganas de You can't always get what you want. Qué cosa, ¿eh?
pero si lo intentas, a veces
puede que veas
que consigues lo que necesitas
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