sábado, diciembre 12, 2009

8 de diciembre

Prescindo, hipócrita lector, de mis interesantes reflexiones acerca del problema catalán que me han hecho pensar desapasionadamente estos días de puente que no he tenido, pues trabajé ayer y un par de horas hoy por la mañana.

Creo que por el amor sin apenas condición hacia Arcadi Espada (el casi, como ejemplo, es por cosas como esa aburrida y cursi del sábado pasado) abandono el camino hacia joven barroco. También por la edad. Porque ya hace muchos años que me desternillé con algo inigualable como el castellano viejo.

Y así, deslavazado, asoman las rodillas sentado en la bañera, por encima con espuma alrededor, con el vibrar en las mucosas por los teclados y violines de Bach. Pensando y temiendo lo mismo de siempre.