jueves, noviembre 09, 2006

8 de noviembre

¡Mordiscos a Gioconda VK en tanga rosa!

(Soy consciente de lo hortera que puede ser ese anacronismo Gioconda-tanga, pero me da igual, creo. Fallarás, Wunderkind, la propia Gioconda VK y mucha otra gente sabemos que de algún modo lo que es capaz de excitar emociones o sentidos desborda cualquier descarrío estético o ético. Y siempre presentes los versos de Pessoa

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.
[....]
Pero, al fin
sólo las criaturas que nunca escribieron
cartas de amor
son las que son
ridículas

Fin de paréntesis)

Hace ya unas horas que a ratos me palpita el párpado izquierdo.

Una vez, bajo un cielo escarlata
Te conté mentiras que no acababan
Pero eran las palabras de un vagabundo borracho
Quien sabia muy bien que te rompería pronto el corazón
¡Oh, perdóname Genoveva!

He escuchado esta canción como veinte veces, hoy. Estos versos son la primera estrofa, de Ray Davies.