miércoles, mayo 28, 2008

27 de mayo

Me voy a ciscar en Dios y en su puta madre o así. Eso como estado de ánimo. He logrado resolver mi dignidad y orgullo herido en un A4 que ya dirá el jefe qué hacemos con él. Pero es que no me da la gana que se quede fijado que he metido la gamba cuando lo que he hecho es sacársela a otros.

Otra cosa, más divertida. Como ayer era un día como los que suelen suceder desde hace dos meses me tomé el clonazepán a las cuatro, después de comer. Me lo tomo, en mayor o menos dosis antes de dormir, pero ayer volvía a estar hecho un amasijo de nervios y había tomado demasiado café durante la mañana. Tengo una caja en el book de la oficina, no por nada, sino porque cuando la urticaria la doctora aprovechó para darme recetas de lo otro y compré una al salir y lo dejé allí porque en aun tenía una caja a medias y nunca recuerdo llevarlo a casa. Al tomarla noté un sabor más dulce pero no le di más vueltas. A veces cambian algún componente para que sepa mejor o lo que sea. Aunque sí pensé que la pastilla no sabe ni mal ni bien. Hacia las siete buscaba algo en el book y un 2 enorme, saltón, vi en la caja. La cogí y vi que eran 2 miligramos. La que me tomo una al día o menos según épocas es de medio miligramo. Me había tomado una dosis cuádruple de golpe. En períodos agudos de agorafobia, hace muchos años, había tomado como mucho 1,5 miligramos al día en tres dosis, nunca de una vez. No me encontraba mal y me di cuenta de que no tenía el temblor de días de nervios y cafés que preocupó el otro día a MªI. Ya en la calle pensé en llamar a Nekane. A Nekane hace seis años que no la veo pero hablamos de vez en cuando y no he olvidado en una playa los senos en luz de duro estaño por la luna (copyright Lorca) en una noche de julio. Dos días antes me había llevado de la mano, pero en Audi, por un caminó de tierra hasta lo alto de algo en el Maresme para ver luces y el mar de lejos, de noche. Entonces no lo era, ahora es médico de urgencias. Se lo conté y me dijo que estuviera tranquilo (como si no lo estuviera con ese chute), que no pasaba nada, que además mi cuerpo está acostumbrado a eso. La llamé por si había algo que era mejor hacer o no hacer, como tomar un café, comer más, comer menos o qué. Pero la pregunta que me salió fue:

- ¿Pero una caña me puedo tomar?

Ella rió:

- ¡Ja! Esa era la pregunta. Tómate la caña tranquilo, si quieres, pero solo una, ¿eh?

No me tomé la caña. Me dijo que tal vez me encontrara cansado o soñoliento luego, que si me notaba raro que la llamara. Ayer le había llegado un tipo con aneurisma pero se lo habían presentado como cólico de riñón. No le cuadraba y ella, resulta en luna (copyright Miguel Hernández) pidió un TAC rápido y le intervinieron. El cirujano le recriminó haberse precipitado. Pero es que lo cirujanos, como ya sospechaba gracias a la tele, sólo saben abrir.

Dice un hada con medias negras hasta la mitad del muslo que no me tome hoy nada, que ella me velará. Pero si viene a velarme, en Cadillac, conseguirá desvelarme. Lo del Cadillac se me ha ocurrido como ocurren los anacronismos con poca ropa. Mejor en Cadillac que en moto, me dan miedo las motos. Además, con tan poca ropa y precisamente esa ropa bajo el vestido se le vería todo.

Tengo entradas para Dylan en la Sierra de Gredos, en Lorca y en Jaén.

Sountrack Clonazepán y circo

antes pelo, ahora gente
antes lucha ahora circo
antes pan, ahora clonazepán
pastillas la última esperanza negra
podés pedirle pastillas a tu suegra
no me digas la verdad, no me mientas
ya me di cuenta que no es lo que era
de eso se da cuenta cualquiera
antes o después de las rosas
ves a través de las cosas.



Del Romance de la luna, luna

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño


De las Nanas de la cebolla

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.