viernes, diciembre 01, 2006

30 de noviembre

Creo que me pierde mi gusto por la extravagancia. Acabo confundiendo y mezclando ámbitos y tengo la piel fina. Lo de la piel fina no es pretencioso, creo que es cierto, y aclaro que no me hace mejor persona. Y mi gusto por los comportamientos extravagantes puede acabar en disgustos, como uno que veía venir y crecer y se materializó entre el sábado y el lunes.

Me consuela un poco pensar que la maldad es banal, como dijo alguno.

Y en fin, poco más. Que ya es jueves y la semanas hay que sostenerlas y al final suelen cansar.

Ayer llegué a casa a las nueve y cuarto pero me dio tiempo a ducharme, comer cosas con un mendrugo de pan y un vaso de vino y acercarme al Méliès a ver La Huída.

Le he dicho algo a Fallarás sobre el inexistente cine negro ahora. La Dalia Negra, por decir la última, esta bien pero es otra cosa. Es un lugar común.

También he dicho más cosas a más gente.