28 de noviembre
Acabo de zapear. Monegal entrevistando a Justo Molinero. Justo Molinero recogió hace unos días su Ondas. Pero nada, él a lo suyo. Lo primero que dice es que hace 40 años que es catalán y no se qué de este país que le ha acogido y lo agradece muchísimo y no sé qué más. Pues eso, un ejemplo más. Te dan un premio por comunicador, o eso se dice, y te suelta un discurso de agradecimiento a Cataluña. Y también menciona a su pueblo. Un poco como Montilla y el rollo ese de catalán de Iznájar. Como dijo Arcadi Espada no hace mucho, sólo es cuestión de fe. Si quieres ser catalán,, lo eres. La diferencia es que Justo Molinero se hizo rico militando en CiU. O al menos, más rico.
Woody Guthrie en el coche estos dos días.
I had a gal, and she was young and sweet,
I had a gal, and she was young and sweet,
But a dust storm buried her sixteen hundred feet.
Compré las Dust Bowl Ballads cuando tenía 21 años y estuve todo el verano arriba y abajo con ellas. La que más escuchaba era el So Long, It's Been Good To Know Yuh
Now, the telephone rang, an' it jumped off the wall,
That was the preacher, a-makin' his call.
He said, "Kind friend, this may the end;A
n' you got your last chance of salvation of sin!"
So long, it's been good to know yuh.
This dusty old dust is a-gettin' my home,
And I got to be driftin' along.
A mí la poesía me llegó antes por Dylan, Guthrie o Lennon que por los poetas. A esa edad sólo había leído algo de Lorca y de Miguel Hernández y me gustaban pero todo lo demás que en mi vida era poesía era por la música. También me había llamado la atención la poesía beat que a los 16 años me mostró una profesora de inglés llamada Angie, irlandesa. Por las noches trabajaba de camarera en Gracia. Nos hicimos amigos hablando se los Stones, Dylan o los Beatles. También de Salinger. Un día le dije que había leído el Guardián entre el centeno ya tres o cuatro veces y en la clase siguiente llegó con el primer capítulo fotocopiado para leerlo y comentarlo. Era un encanto y hoy me parece aún más encantadora. Debía de tener la edad que tengo yo ahora. Y no es que la nostalgia embellezca el recuerdo.
En esas clases de inglés coincidía con unos chicos de los maristas de Les Corts. Me lo pasaba bien con ellos pero a veces parecían pseídos por el Mal. Uno de ellos no paraba de preguntar si Angie también tendría el coño pelirrojo. También tenía las tetas grandes y, al menos a través de sus jerseys, rendodísimas, y eso también daba juego. Un día el tío ese de los maristas soltó alguna impertinencia y Angie con un cabreo muy visible le dijo si quería "stay or fuck off". Antes de la siguiente clase se me acercó para pedirme la opinión, si se había pasado, que ella no creía que ser profesora significara hacer valer su autoridad y que no sabía cómo afrontar algunas actitudes. Era algo jipi, o tal vez sólo tuviera temperamento bohemio. Le dije que el otro era mi amigo pero que se pasaba un huevo y que ella tenía razón al enfadarse. Me dio las gracias.
Woody Guthrie en el coche estos dos días.
I had a gal, and she was young and sweet,
I had a gal, and she was young and sweet,
But a dust storm buried her sixteen hundred feet.
Compré las Dust Bowl Ballads cuando tenía 21 años y estuve todo el verano arriba y abajo con ellas. La que más escuchaba era el So Long, It's Been Good To Know Yuh
Now, the telephone rang, an' it jumped off the wall,
That was the preacher, a-makin' his call.
He said, "Kind friend, this may the end;A
n' you got your last chance of salvation of sin!"
So long, it's been good to know yuh.
This dusty old dust is a-gettin' my home,
And I got to be driftin' along.
A mí la poesía me llegó antes por Dylan, Guthrie o Lennon que por los poetas. A esa edad sólo había leído algo de Lorca y de Miguel Hernández y me gustaban pero todo lo demás que en mi vida era poesía era por la música. También me había llamado la atención la poesía beat que a los 16 años me mostró una profesora de inglés llamada Angie, irlandesa. Por las noches trabajaba de camarera en Gracia. Nos hicimos amigos hablando se los Stones, Dylan o los Beatles. También de Salinger. Un día le dije que había leído el Guardián entre el centeno ya tres o cuatro veces y en la clase siguiente llegó con el primer capítulo fotocopiado para leerlo y comentarlo. Era un encanto y hoy me parece aún más encantadora. Debía de tener la edad que tengo yo ahora. Y no es que la nostalgia embellezca el recuerdo.
En esas clases de inglés coincidía con unos chicos de los maristas de Les Corts. Me lo pasaba bien con ellos pero a veces parecían pseídos por el Mal. Uno de ellos no paraba de preguntar si Angie también tendría el coño pelirrojo. También tenía las tetas grandes y, al menos a través de sus jerseys, rendodísimas, y eso también daba juego. Un día el tío ese de los maristas soltó alguna impertinencia y Angie con un cabreo muy visible le dijo si quería "stay or fuck off". Antes de la siguiente clase se me acercó para pedirme la opinión, si se había pasado, que ella no creía que ser profesora significara hacer valer su autoridad y que no sabía cómo afrontar algunas actitudes. Era algo jipi, o tal vez sólo tuviera temperamento bohemio. Le dije que el otro era mi amigo pero que se pasaba un huevo y que ella tenía razón al enfadarse. Me dio las gracias.
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