lunes, noviembre 20, 2006

20 de noviembre

“That he not busy being born
Is busy dying”

En It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding), Bob Dylan, 1965.

Hace 31 años el caudillo se moría (busy dying) y estaba a punto de nacer (busy being born) mi primo y gran amigo. Mañana cumple 31. Mis padres pasaron por casa de mis tíos el día 20 por la tarde con una botella de nosequé. Y eso sí es verdad, no como las batallitas que todo el mundo cuenta y deben de ser ciertas menos de la mitad.

Si dices que recuerdas dónde estabas, es que no estabas”: de todos los fogonazos de ingenio del 68, queda, al final, éste, que nació como 20 años más tarde, en la final pirueta de ironía, sin la cual la tragedia naufraga en melodrama. Del combate hablan sólo quienes no pisaron el campo de batalla. El guerrero es lacónico y distante. Y sabe que decir el infinito lo fragmenta en calderilla.
[…]
A mí, que Franco se muriera me traía al fresco. Yo lo que deseaba era verlo fusilado: elemental principio de justicia. Y restablecida la única legalidad posible en una tierra de hombres: la republicana.
[...]

Albiac, en el 20N de 2000.

Este otoño he notado que mi gato, mi precioso Moonriver, me da alergia. Hace un año que ya no vivo con él así que puede tener una explicación sencilla. De hecho, los primeros días que lo tuve, hace diez años, también me dio algo de alergia. Aparte de la nariz, la garganta y los ojos, algo más debe hacer la alergia en mi cerebro porque me pone muy irritable. Y eso que debería estar curado de espantos, ya que durante años alergia significaba asma, que es cien veces peor. Además, por otra parte, los que conocemos el Miedo esas molestias deberían parecernos un chiste.

Vi el partido con un amigo completamente amodorrado. Llegué a casa, hice cuatro cosas, puse “galets” en el caldo y lo cené. Planché dos camisas y no se muy bien cómo pero ya era casi la una. Tenía pensado recuperar el Walter Scott que dejé a medias al empezar septiembre pero creí que era demasiado tarde. Cogí las Flores del Mal y lo estuve leyendo durante más de una hora. Fue suficiente para que me calentaran los pies y había bajado la irritación en la nariz y la garganta. Con todo un poco más en su sitio apagué la luz.