miércoles, noviembre 22, 2006

22 de noviembre

No considero que Esperanza Aguirre dé el perfil de fascista. Además compartiendo espacio mediático con Arzalluz, Carod, Otegui, el GAL etc., pues todo eso que tiene ganado, aun sin merecerlo.

Sin embargo, hoy me encuentro con esto:

Aguirre se muestra "satisfecha" por la anulación de la "decisión política" de trasladar la CMT a Barcelona

Y tambñen que:

En su opinión, no hay "razones objetivas" para el traslado sino que se trataba del "pago de favores políticos" a Cataluña.

Aunque el Cataluña se sale del entrecomillado es probable que lo haya dicho y tampoco sería la primera vez. Y eso es lo inadmisible. Y más si antes se ha mostrado satisfecha.

A mí Cataluña me da igual. Y la CMT lo mismo. De hecho no sabía ni que exsitía hasta que se decidió su traslado a Barcelona. Lo que digo que no admito es la grosera sinécodque "Cataluña" de la que estoy más que harto.

El poeta Auden escribió en 1939:

«Uno de los atractivos más poderosos del fascismo reside en su pretensión de que el Estado es una Gran Familia: su insistencia en la Sangre y en la Raza es un intento de engañar al hombre de la calle para llevarle a pensar que las relaciones políticas son personales».

CMT, Cataluña, satisfacción. Las relaciones que establece Aguirre con las instituciones y los terriotorios son de ese tipo. Según Auden, fascismo, y yo estoy de acuerdo.