lunes, enero 28, 2008

27 de enero


Leve gripe en un domingo de enero soleado y, oh, pan bendito, no muy húmedo. Iba a ir a comer donde mis padres y mi hermano y luego a Montjuic, o sea al fútbol, con Nacho y Dani. La familia de Nacho me invitó hace muchos años a ver un Español-Atlético de Madrid en Sarriá. Liga 92-93. Iban con ellos Goiko y su novia y la mujer de Urbano (muy guapa y joven) con sus dos hijos pequeños.

A pesar de todo me entran ganas de comer pasta y frío tomate con cebolla, ajo, aceite virgen y un poco de butifarra negra desmenuzada. En el balcón hay casi la misma temperatura que en casa y con una manta en el regazo (me viene a la mente lo de los carcamales que van a Florida) no paro de beber tazas de café descafeinado porque por la mañana ya he sobrepasado la dosis. También saco la botella de brandy sin cambiar de taza y desde el balcón veo a los Stones primero y luego a The Band. Y olor a suavizante de mi ropa tendida.

Paracetamoles (casi escribo clonacepanes) y zumos por la tarde. Y fútbol en la radio y canciones a ratos. Hasta ahora, ya casi la una.

Abro la ventana y no se oye nada. Las canciones creo que curan casi siempre, aunque escuezan.