lunes, noviembre 12, 2007

10 de noviembre

Hace unos días empecé a leer despacio el último de Bernard-Henri Lévy, American Vertigo. Un viaje por carretera, aunque sea con chauffeur, por USA. Qué envidia. He leído un tercio del libro y lo estoy disfrutando mucho. Tardé un rato en acostumbrarme a las frases largas.Siguiendo los pasos de Tocqueville, dice el subtítulo, aunque el propio autor menciona en el prefacio a Wenders, Kerouac, Easy Rider y alguna otra. Cada uno tiene los suyos-Yo añadiría el folk, el blues y el country, además de los libros y Road Movies.

De los periódicos de hoy, la hermosa sonrisa y el brillo en el rostro del comandante del avión del Chad.

Por algo que no recuerdo pensé esta semana en El corazón de las tinieblas. Hoy sale Conrad en portada del cultural de ABC. El querer borrarse de Lord Jim, tan torturado, tan excesivo en su orgullo y sus huidas que le tatúan infamia. Me fascinó el Agente Secreto, cada uno de sus personajes, ese Londres extraño y sobretodo el terrible profesor, en tensión constante, morboso de los explosivos. Y el asco de El corazón de las tinieblas, tan sórdido y sin aspavientos. No hay aventura ni exotismo, hay asco y miseria, guerra. Tengo por aquí algo suyo sin leer, un libro con los relatos Juventud y la última carta.

Lo de ayer fue lo último que escribí antes de echarme sobre mi colchón y somier bukowskianos.

Y digo otra vez que me da mucha envidia lo de Lévy. Desde los dieciocho quiero hacer algo así, incluso a veces pensando en dormir bajo puentes, hacer pactos en Crossroads, vagones de tren de mercancías, besar labios de Memphis, que en Texas haya un sitio llamado Paris, el frío de Minnesota, conocer a alguna Sally G y ciudades que terminan en “ville” o “port” y, en fin, lo de siempre.


Sountrack

Sowhere to the south of New York City
Lies the friendly state of Tennessee,
Down in Nashville toen I met a pretty
Who made a pretty big fool out of me.

And they call her Sally,
Sally G, why d'you wanna do the things you do to me?
You're my Sally, Sally G
took the part that was the heart of me, Sally G.

[…]

Well now. I'm on my own again,
I wonder if she ever really understood.
I never thought to ask her what the letter "G" stood for,
But I know for sure it wasn't good.

And they call her Sally,
Sally G, why d'you wanna do the things you do to me?
You're my Sally, Sally G
took the part that was the heart of me, Sally G.