jueves, noviembre 08, 2007

Beat the devil

Aún la semana pasada. El martes salí a una hora parecida, pero sin poder coger el último ferrocata, el de las doce, así que el kebab me lo comí sentado en las Ramblas con una lata de cerveza que le compré a uno de esos que las venden a un euro. Cogí un taxi.

El miércoles estuvo más o menos bajo control, no tuve que cancelar a la loquera, pero terminó con demasiado sudor, a eso de las nueve. Hasta las nueve admiten documentación en la sede (se podría considerar sede) de clitros kilos de papel que llevé en dos viajes desde el coche a donde había que llevarlo. Cuarenta por treinta por cinco. Y eran cuatro. O sea unos 25 litros que serán 25-30 kilos como mínimo. Eso pensaba en uno de los respiros que me tomaba. Tuve que andar unos 200 o 300 metros con eso. El portero me dijo que cómo se me ocurría. Al final no podía ni dar más de diez pasos seguidos. Subo en ascensor al primer piso y voy hacia el mostrador donde hay una chica delgada con pinganillo. A esas horas antes de un puente (es día 31) puede la chica hablar tranquilamente con una amiga. Me ve y sin dejar de hablar con su amiga me empieza a hacer gestos de que allí no lo deje. Puede decir misa por que ya no puedo más y no sé ni cómo logro elevar los cuatro tomos lo suficiente para situarlos al nivel del mostrador. Mientras jadeo sé que lo que la chica pretendía es que lo dejara en el cuarto contiguo al mostrador. Le digo que ningún problema, cuando pueda respirar. Estoy chorreando y me quito la chaqueta, llevo los tomos al cuarto y salgo corriendo hacia el coche donde me espera el compañero con los cuatro tomos más. Le digo que me acerque más y luego se vaya, que es necesario ni que aparque. De todos modos no me libro de unas decenas de metros con el mismo peso. Mientras jadeo otra vez con un codo apoyado en el mostrador le pongo el escrito de entrega delante a la chica, sin decirle nada. Pone el sello de entrada y yo dejo los cuatro tomos en el cuarto. Me pongo la chaqueta, cojo el papel y le sonrío a la chica que me devuelve la sonrisa sin dejar de hablar con su amiga. Casi tengo que contenerme para no elevar la hoja como un trofeo. No lo hago y la doblo dos veces para que me quepa en un bolsillo.

Me da tiempo a comprar el concierto en dvd de Dylan en Woodstock 94 y El largo adiós de Chandler. El concierto de Dylan lo tenía casi completo en una cinta. Me puse el despertador por la noche de ese día de verano del 94 para grabarlo de la radio. Estaba en Burgos y había estado hacía muy poco en Boston un mes y 2-3 días en NY. Tremendas Just like a woman y Don’t think twice. A Dylan le vi en directo por primera vez un año después.

Ya en casa recojo las cosas que han ido quedando desparramadas durante esos 3 días (y tal vez lo que no son cosas también), dónde sólo he estado en casa para dormir medio mal. A las doce me ducho un rato largo. No recuerdo muy bien lo que hice después pero sí que me metí en la cama a las dos. Me voy quedando dormido escuchando la voz de Kris Kristofferson, no me da tiempo a pensar mucho. Bobby McGee, Beat the devil, Help me make it throught the night...

Soundtrack

…And I'd like to dedicate this to John and June, who helped show me how to beat the devil.

[…]

My thirsty wanted whisky; my hungry needed beans,
But it'd been of month of paydays since I'd heard that eagle scream.
So with a stomach full of empty and a pocket full of dreams,
I left my pride and stepped inside a bar.

[…]

You see, the devil haunts a hungry man,
If you don't wanna join him, you got to beat him.
I ain't sayin' I beat the devil, but I drank his beer for nothing.
Then I stole his song.