miércoles, enero 10, 2007

10 de enero

Un par de cosas, enlazadas, sobre lo del lunes. Cantó Andrés Calamaro:

antes pelo, ahora gente
antes lucha ahora circo
antes pan, ahora clonazepán

El crescendo termina con el “clonzepán” y luego empieza otra estrofa, si es que la canción (Clonazepán y crico) las tiene, con:

Pastillas, la última esperanza negra

Recuerdo haberle leído a Albiac, siempre tan oscuro, algo así como que quien no cree en Dios cree en la química.

Tal vez, pero niego la universalidad de la tesis. No sé si será por Marxismo-Althusserismo o materialismo o qué la obsesión por dar fórmula a todo. Por suerte, igual que los caminos del Señor, somos inescrutables, o al menos, no escrutables del todo. No todo se puede explicar. Y no digamos comprender. Tal vez sea por eso que llevar el positivismo (o materialismo, no lo sé muy bien, entiendo que el materialismo se basa en el positivismo) a todos los ámbitos, además de un desastre, es una tontería.

¡Reivindico el individuo! (Igual hay que decir esas cosas en francés para que queden más solemnes, como una chica Hija de Don Quijote ayer, en la Plaza San Jaime de Barcelona, declamando sobre el problema de la vivienda).

Hoy me ha costado un montón levantarme. He dormido bien, pero poco. Hacer deporte cuando ya es un poco tarde me provoca un estado de cansancio placentero y endórfico y también dificultad para dormirme rápido.

Ayer me manché de salsa boloñesa en tres sitios la camisa de Yves Sant Laurent que tengo porque a mi padre no le gustaba ponérsela aunque no se por qué.

También me pregunté si los Maestros (los que elegimos nosotros para ir por la vida y los libros) están para exprimirlos en beneficio propio y abandonarlos cuando los notemos gagá.