14 de enero. Weekend
Algunas personas perciben cuando va a llover o cambiar el tiempo al dolerles la rodilla o la cabeza. A mí me pasa que percibo la primavera. Noté algo. hace una semana.
Ayer
Antes de las cuatro de la tarde iba para el Parque Güell. Para evitarme la subida de la Glòria he entrado por la vertiente menos transitada. Creo que no me he cruzado con nadie yendo por las calles altas de Vallcarca. El parque, en esa vertiente oeste o noroeste, es sólo bosque mediterráneo, levemente urbanizado. Y también huele a bosque. Casi hay veinte grados y sudo subiendo. Llego a las tres cruces y rodeado de turistas miro la ciudad. Desde allí se ve no toda pero sí gran parte de Barcelona. Muchas brumas. No se distingue en absoluto la separación entre el cielo y el mar. Los rayos de sol, que a esas horas llegan del Baix Llobregat, rebota en las brumas y deslumbran un poco. Llego a quedarme en manga corta unos minutos. Confirmando lo de la primavera hay algunas turistas con los hombros descubiertos.
Al bajar de las tres cruces me fijo en los collares, colgantes y pulseras sobre un pañuelo. Me pongo en cuclillas y le pregunto precios al tipo. Es un cholo encantador, argentino o uruguayo y con una hermosa y lacia melena.. Me dice que toque y mire lo que quiera sin compromiso. Me acabo quedando un colgante con una especie de elipse perforada en una pieza de nácar. Me hace gracia que tenga algunas cosas con las letras de FCB sobre los colores del Barça. Me dice que la gente lo pide y como tarda tres horas en hacerlo lo tiene que vender a 20 euros.
Unas horas más tarde estoy en la calle Tallers. Parece que Discos Balada ya ha cerrado del todo. Entro en tres o cuatro tiendas de discos de esa calle y acabo comprando una edición mono del Sergeant Pepper’s. La mezcla, como digo, es mono y algunos cortes tienen algún segundo más al iniciar la canción, el orden, según dice, respeta el orden de grabación, pero tengo mis dudas sobre eso. (Si no estoy equivocado, la primera canción debería ser When I’m 64, entonces). La preciosa She’s leaving home tiene la velocidad original, algo más rápida que la habitual. También hay tomas alternativas de Strawberry Fields y Penny Laine y alguna cosilla más. Esta muy bien. Además para las ediciones en CD se hicieron algunas chaapuzas y prefiero una edición así, que se parece más a lo que salió en su día. Si remezclando cosas no se mejora lo que había, mejor no tocar nada. Recuerdo haber leído no se dónde a George Harrison decir que en el CD la pandereta que había en alguna canción del Pepper parecía que iba a salirse del altavoz.
Sólo un poquito más tarde en los ferrocatas. Sentada a mi derecha, aunque separados por el pasillo del vagón, una chica guapísima. Unos rasgos preciosos y el pelo largo, ligeramente ondulado. Lleva uno de esos jerséis finos, negro y ajustado y una falda negra que le queda justo por encima de la rodilla. Medias negras y zapatos negros y un bolso blanco. De reojo veo que se pone bien la falda y se rasca el muslo, dejándolo ver hasta la mitad. Ni queriendo le hubiese quedado tan bien. En ningún momento del trayecto pierde la compostura. Debe de ser duro ser tan guapa. Todo el día en tensión. Los dos nos bajamos en la misma, la última, pero ella se levanta antes, se ha puesto una chaqueta negra con flores estampadas, se ha mirado en la ventana del vagón para arreglarse el pelo, y al levantarse ha mirado si yo la miraba. Al pasar a mi lado ha dejado algo de su perfume en el aire. Esperando a que se abran las puertas, detrás de ella, me fijo en que es muy alta. Casi como yo, así que debe de andar sobre el metro ochenta. Vuelvo a mirar sus zapatos para confirmar, como recordaba, que son completamente planos. Sale a paso rápido, bien erguida. Lo que decía antes, tensión permanente.
Un poquito más tarde. En el descanso del empanadísimo Barça veo a la peluquera gallega en telecinco Cuando la vi por la tele por primera vez, con lo de Cancún, me llamó la atención por lo escuálida y por los ojos enormes y redondos de animalito. Me gustó. Ahora sabemos que tiene, también, unos pechos bonitos con unos más que tentadores pezones. No todo será méritdo del photoshop o la edición, supongo.
Y, oh moralismo español, se le reprocha no se qué. Por una vez que alguien habla claro y dice que aprovecha la ocasión y que el dinero que ha cobrado le viene muy bien.
Hoy
Comprar El Mundo
Ir a comer con la familia
Leer El País. Tiene razón mi primo, tiene otra pinta. Hace tiempo que dejé de leerlo los domingos porque me aburría.
0,25 mg de clonazepán.
Siesta en la cama de mis padres, con una manta encima, boca arriba y manos con dedos entrelazados sobre la barriga.
L’Illa. Dos pantalones, una camisa, un triple cd de Seeger, otro de Lynyrd Skynyrd y Río Lobo.
Ayer
Antes de las cuatro de la tarde iba para el Parque Güell. Para evitarme la subida de la Glòria he entrado por la vertiente menos transitada. Creo que no me he cruzado con nadie yendo por las calles altas de Vallcarca. El parque, en esa vertiente oeste o noroeste, es sólo bosque mediterráneo, levemente urbanizado. Y también huele a bosque. Casi hay veinte grados y sudo subiendo. Llego a las tres cruces y rodeado de turistas miro la ciudad. Desde allí se ve no toda pero sí gran parte de Barcelona. Muchas brumas. No se distingue en absoluto la separación entre el cielo y el mar. Los rayos de sol, que a esas horas llegan del Baix Llobregat, rebota en las brumas y deslumbran un poco. Llego a quedarme en manga corta unos minutos. Confirmando lo de la primavera hay algunas turistas con los hombros descubiertos.
Al bajar de las tres cruces me fijo en los collares, colgantes y pulseras sobre un pañuelo. Me pongo en cuclillas y le pregunto precios al tipo. Es un cholo encantador, argentino o uruguayo y con una hermosa y lacia melena.. Me dice que toque y mire lo que quiera sin compromiso. Me acabo quedando un colgante con una especie de elipse perforada en una pieza de nácar. Me hace gracia que tenga algunas cosas con las letras de FCB sobre los colores del Barça. Me dice que la gente lo pide y como tarda tres horas en hacerlo lo tiene que vender a 20 euros.
Unas horas más tarde estoy en la calle Tallers. Parece que Discos Balada ya ha cerrado del todo. Entro en tres o cuatro tiendas de discos de esa calle y acabo comprando una edición mono del Sergeant Pepper’s. La mezcla, como digo, es mono y algunos cortes tienen algún segundo más al iniciar la canción, el orden, según dice, respeta el orden de grabación, pero tengo mis dudas sobre eso. (Si no estoy equivocado, la primera canción debería ser When I’m 64, entonces). La preciosa She’s leaving home tiene la velocidad original, algo más rápida que la habitual. También hay tomas alternativas de Strawberry Fields y Penny Laine y alguna cosilla más. Esta muy bien. Además para las ediciones en CD se hicieron algunas chaapuzas y prefiero una edición así, que se parece más a lo que salió en su día. Si remezclando cosas no se mejora lo que había, mejor no tocar nada. Recuerdo haber leído no se dónde a George Harrison decir que en el CD la pandereta que había en alguna canción del Pepper parecía que iba a salirse del altavoz.
Sólo un poquito más tarde en los ferrocatas. Sentada a mi derecha, aunque separados por el pasillo del vagón, una chica guapísima. Unos rasgos preciosos y el pelo largo, ligeramente ondulado. Lleva uno de esos jerséis finos, negro y ajustado y una falda negra que le queda justo por encima de la rodilla. Medias negras y zapatos negros y un bolso blanco. De reojo veo que se pone bien la falda y se rasca el muslo, dejándolo ver hasta la mitad. Ni queriendo le hubiese quedado tan bien. En ningún momento del trayecto pierde la compostura. Debe de ser duro ser tan guapa. Todo el día en tensión. Los dos nos bajamos en la misma, la última, pero ella se levanta antes, se ha puesto una chaqueta negra con flores estampadas, se ha mirado en la ventana del vagón para arreglarse el pelo, y al levantarse ha mirado si yo la miraba. Al pasar a mi lado ha dejado algo de su perfume en el aire. Esperando a que se abran las puertas, detrás de ella, me fijo en que es muy alta. Casi como yo, así que debe de andar sobre el metro ochenta. Vuelvo a mirar sus zapatos para confirmar, como recordaba, que son completamente planos. Sale a paso rápido, bien erguida. Lo que decía antes, tensión permanente.
Un poquito más tarde. En el descanso del empanadísimo Barça veo a la peluquera gallega en telecinco Cuando la vi por la tele por primera vez, con lo de Cancún, me llamó la atención por lo escuálida y por los ojos enormes y redondos de animalito. Me gustó. Ahora sabemos que tiene, también, unos pechos bonitos con unos más que tentadores pezones. No todo será méritdo del photoshop o la edición, supongo.
Y, oh moralismo español, se le reprocha no se qué. Por una vez que alguien habla claro y dice que aprovecha la ocasión y que el dinero que ha cobrado le viene muy bien.
Hoy
Comprar El Mundo
Ir a comer con la familia
Leer El País. Tiene razón mi primo, tiene otra pinta. Hace tiempo que dejé de leerlo los domingos porque me aburría.
0,25 mg de clonazepán.
Siesta en la cama de mis padres, con una manta encima, boca arriba y manos con dedos entrelazados sobre la barriga.
L’Illa. Dos pantalones, una camisa, un triple cd de Seeger, otro de Lynyrd Skynyrd y Río Lobo.
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