jueves, abril 19, 2007

18 de abril

Uno de mis valses de la Iguana lo bailé con la música, precisamente, de El Último Vals. En una canción capaz de provocar un nudo en la garganta, It makes no difference, canta el pobre Rick Danko.

Now theres no love
As true as the love
That dies untold


Se me ocurrió hace ya tiempo a partir de eso que nada duele mas que el daño que se hace, precisamente, al no querer hacer daño. O dicho de otro modo, que somos humanos, demasiado humanos. El amor, la amistad, todos esos bellos conceptos que parecen elevarse a lo ideal se desploman o entran en barrena hacia lo humano, con todas sus miserias y miedos.

«donde vosotros veis cosas ideales, veo yo - ¡cosas humanas, ay, sólo demasiado humanas!» Nietzsche.

De lo más hermoso a una apestosa flor podrida. Dialéctica. Ciclos, al fin. Y de tal confrontación, amor, sacaremos lo bueno, seguro. Porque

And in the end
The love you take
Is equal to the love
You gave

(McCartney en The End, del Abbey Road de los Beatles. A Lennon le gustaban estos versos).

Ya veo amapolas en las cunetas:

Acércame esos pezones
Rojos y opiáceos
Y acaricia mis labios con ellos.


Lágrimas, mocos y suspiros. Días y flores.

Thank you for the days,
Those endless days, those sacred days you gave me.
Im thinking of the days,
I wont forget a single day, believe me.
I bless the light,
I bless the light that lights on you believe me.
And though youre gone,
Youre with me every single day, believe me.

Gracias, VK.