domingo, diciembre 16, 2007

Winter trees

Llegué a Burgos, ,pues, el pasado día seis por la tarde. Una discusión familiar tal vez fuera la causa de que me cortara debajo de la nariz al afeitarme. Fue más una muesca que un corte. Mucho rato después, llamando al timbre de casa de Isabel aun apretaba un trozo de algodón, tal vez refunfuñando. Era desagradable el escozor de la herida con tanta humedad. Cenamos ligero y luego Isa abrió un vino dulce. Me fui pronto. Ella no tenía puente.

El viernes por la mañana busco el río. Me gusta el paisaje de río en invierno. Y más en días grises. Las aceras y asfalto están mojados por la humedad. En Burgos ya es invierno. Los plátanos del espolón ya no conservan ni una hoja. Son curiosos esos plátanos, con esas ramas como dedos de mujer artrítica. El Paseo de la Isla y sus enormes árboles. En algún momento pensé hace años lo bonitos que están los árboles sin hojas. Lo recuerdo y pienso en el poema de Sylvia Plath, Winter trees, también título de un poemario editado años después de su muerte. Me repito, ya lo dije hace unos meses.

Nada saben de abortos ni de mezquindad [bitchery],
Más sinceros que las mujeres
¡Siembran sin esfuerzo!


Las fotos son de hace un año.





The wet dawn inks are doing their blue dissolve.
On their blotter of fog the trees
Seem a botanical drawing --
Memories growing, ring on ring,
A series of weddings.

Knowing neither abortions nor bitchery,
Truer than women,
They seed so effortlessly!
Tasting the winds, that are footless,
Waist-deep in history --

Full of wings, otherworldliness.
In this, they are Ledas.
O mother of leaves and sweetness
Who are these pietàs?
The shadows of ringdoves chanting, but chasing nothing.