jueves, enero 25, 2007

24 de enero

El cansancio me quita la timidez, creo.

Frío.

El primer sorbo de bourbon quema los labios. Hasta esta semana no se me han cortado los labios. Demasiadas horas en el exterior, corrientes de aire y humedad. Al final los cinco sorbiendo mocos por la nariz.

He salido de trabajar a las nueve. Por razones que no vienen al caso me cambio de calzado, a veces, cuando trabajo. A las nueve mi calzado habitual estaba a cuatro o cinco grados. Todo el trayecto de Martorell a Barcelona con los pies fríos.

También se daba otra circunstancia estúpida. Volvía refunfuñando en el coche. Me he dado cuenta de que cuando vuelvo así a Barcelona pongo la música a mucho más alta y voy más rápido.

Para mi precioso Moonriver

Ven, mi bello gato, a mi corazón amoroso;
esconde las uñas de tu pata,
y deja que me hunda en tus bellos ojos,
mezcla de metal y ágata.

(El Gato, de Baudelaire en las Flores del Mal, en versión de Elisa Dapia Romero)