martes, septiembre 29, 2009

Oh, mercy

What good am I
Si t’estimo i no ho dic
Si veig que plou
i t’envio petons
Si esgarrapa l’amor
I deixo que cogui
What
good
am
I

What good am I
Si penso i no dic
si no ets amb mi
o si ploro de nit
Si tinc entre els dits
l’última gota de vi
What
good
am
I

Què fem tu i jo
Quan besem i no hi som
Quan veus fulles volar
I jo trist veig el mar

What good am I
si llences pedres al riu
Si els teus pensaments
sempre deixo fugir
si l’alba no arriba
si marxo i no sé tornar
What
good
am
I

28-29 de septiembre Blue monday/Girl with kaleidoscope eyes

Pequeño y bajoneadamente profundo hacia adentro en ese lunes gris claro espantoso de ayer. Tan pequeño yo y tan enorme el gris. Como en dos dimensiones y sin color todo, ese gris casi blanco de fondo, humedeciendo todo, un cuadro triste húmedo, borroso. En eso estaba cuando en la puerta de la empresa me sobresalta un “¡ciao, jordi!!!” que bajaba a fumar a mitad de la tarde. En mi susto cae ceniza más oscura que el día y el saludo suelta una risotada. Un gris Blue Monday. Eso lo dcantó, mucho antes de algunos en quién tal vez alguien esté pensando, un gordo de Nueva Orleáns.

Blue Monday how I hate Blue Monday (Soundrack)


Oh, Lucy, hoy martes me entero que la chica de ojos caleidoscópicos ha muerto de lupus. En el cielo azul con minúsculas y con diamantes, pobre. La historia mil veces contada. Julian Lennon hizo un dibujo siendo muy pequeño, andaría en los 3 o 4 años. Su padre le pregunta el título y dice que es Lucy en el cielo con diamantes. De ahí salen el celofán, la plastilina, la mermelada y demás prodigios. Alguien cae luego en que las iniciales son LSD, Lennon niega esa intención y McCartney afirma haber presenciado al niño nominae el dibujo. Vi una vez a George Martin decir “Nonsense” más con desprecio que con enfado al ser preguntado por ello. Y le he visto tocar la introducción al piano y decir que a Beethoven le hubiera encantado. El “picture yourself in a boat on a river” era al principio una sola nota. Si se escuchan algunas demos o tomas tempranas de la canción se percibe un Lennon más pegado a una sola nota. Ta-ta-ta-ta. Luego la desarrolla un poco y sale algo mucho mejor. La voz algo nasal y de algún modo aguda de Lennon. En esa época empezaron a meter luego el bajo, con la pista de voz y otras ya tomadas. Se percibe el bajo melódico, no rítmico, de McCartney que a veces usaban de ese modo. En Lucy y en Something, por ejemplo. Piensen en el bajo a partir de ahora al escucharlas, si no lo han hecho (los bloggers iluestre ustean, así que...).

Soundrack


Picture yourself in a boat on a river,
With tangerine trees and marmalade skies.
Somebody calls you, you answer quite slowly,
A girl with kaleidoscope eyes.

Cellophane flowers of yellow and green,
Towering over your head.
Look for the girl with the sun in her eyes,
And she's gone.

Oh, outtake

Oh, els violins que s’eleven
a la lluna vella de tardor
que plora trossets de ceba
daurats a l’estiu

domingo, septiembre 27, 2009

26 de septiembre and my sweet love ain't around

No ha empezado mal el día aunque lo acabe amuermado. Lo de Paquirri. De las cosas que quedan fijadas en algún lado. Esa sórdida ambulancia, un color amarillento, no sé si la piel gitana o la escena entera. Y en algún momento dijo Paquirri:

Doctor, la corná es gorda, tiene dos trayectorias... abra lo que tenga que abrir.. tranquilo... el resto está en sus manos",

Asombra que la sangre le saliera así de helada al torero. Como no me gustan (o más bien, no sé nada de) lo toros, no tengo ora asociación posible que no sea el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Un treintañero bello muriéndose desangrado. Y bella la escena, aunque fuera muerte y sólo muerte.


[...]
un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.

¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
[...]



Durante la mañana. Una ducha sin prisa, unas uvas, un café de la nueva cafetera (la china me dijo que salían tres cafés pero salen dos). Los periódicos, la frutería, el súper y en ese plan. Cuando vuelvo del súper le abro la puerta a una viejita de esas que parece que vayan a volar con las hojas del plátano, menudita, con su bolsa de la compra colgada del polo. En el ascensor me huele a dentista. No se le borra una sonrisa de la cara, el gesto no cambian en todo ese rato, como congelado. Es muy vieja y se me ocurre que tal vez tenga esa sonrisa todo el día. La sonrisa no se mueve pero los ojos son inquietos. Cuando llegamos a su piso antes que el mío me dice, adorable, que tiene que salir muy rápido porque si no el ascensor sigue para arriba. Le digo que no se preocupe que le abriré la puerta. Si la señora tiene ese miedo será porque algún día no habrá llegado a poder abrir la puerta del ascensor y habrá ido a saber qué piso. Y pienso en la viejita sonriente y huesuda con los ojos asustados subiendo sin saber dónde va a parar.


Me gustan los blues con violín y pienso en que todo esta sábado sucede así porque my sweet love ain’t around. Si no sucede así es lo que queda ahora.

jueves, septiembre 03, 2009

A moon ago

Quan aquells petons curts d’estany
De fa una lluna i carícies al nas
I et miro mirar-me la mà
Quan l’agafes i sospires
I penso què penses
Per estar prop teu et beso el coll
Sense deixar esclatar els llavis
Només la carícia mentre la lluna s’enlaira
Amb les pors a l’aurèola humida
I a sota la ciutat que sembla plena
De gent cansada i cors trencats

Burgos, 1 de agosto

Manuel precioso, reta y desafía. El viernes con los macarrones “eres malo”, hoy con la merluza rebozada “no te voy a querer, no te voy a hacer caso”. Pero me pide que le cuente su enciclopedia de animales y luego da mimos, da besos sin pedirlos, abracitos. Y hay una inmensa ternura al ver a Beatriz, paciente y cansada, firme y cariñosa, acabando de darle la cena hace un rato.

El sábado, en la boda de un amigo, Iñigo tiró de mi para bailar un arrebatado vals.

Ayer calor y viento del sur. Por la tarde vamos al pantano del Arlazón con Isa, Olga, David y su hijo Nuño. Al final de la tarde el niño me dice “ven” y le sigo hasta el borde del pantano en un sitio donde un camino pavimentado se mete en el agua. Yo me siento y Nuño se pone de cuclillas. Tiramos piedras al agua. Nuño me señala las piedras más grandes y las tiro. Cae un poco más el sol y se oyen los cencerros de las vacas marrones por la sierra. Veo que la orilla se llena de mosquitos y le digo a Nuño que nos vamos.

En el coche Isa y yo vemos en silencio el anochecer en las eras, la carretera se mete en medio de los pueblos y la gente toma algo en las terrazas de los bares.