sábado, diciembre 20, 2008

19 de diciembre. Con un poco menos de lirismo también nos hubiésemos arreglado.

Iba todo bien tras la cena de navidad pero el grupo se ha partido en dos. He salido de un sitio de la calle Aribau para ir con el otro grupo pero en la cola se me han quitado las ganas de pasarlo bien y he me he ido. También estaba cansado y me ha apeteciometerme en la cama y dormirme despacio, auque el dramatismo queda a veces cool, para algunos. Andaba hacia casa con cierta melancolía de cabos sueltos, sin asideros, como empujado a la misantropía, pero eso, claro, va a ratos. De negro hasta los zapatos, que son marrones, y oliendo a Dior, como a madera, dice alguien. Aunque alguien a quien aprecio y con menos afición al lirisimo me había dicho horas antes que olía muy muy bien y que iba a triunfar esta noche oliendo así. Otro día le diré que nada de triunfos y que sólo pretendo, ahora, esputar versos beat, si me salieran.

“¡Qué no quiero verla!” pienso y recuerdo. Pero no es la sangre de Sánchez de Mejías, aunque tampoco sé lo qué es.

Josep Pla elogíó algo tan alejado de él como el Mortal y rosa de Umbral, aunque dijo que con un poco menos de lirismo también nos hubiésemos arreglado. Este Pla tan querido, no sé si ese ángulo escéptico fue lo que le formó los ojos rasgados.

Me mordía mucho las uñas yendo a casa y me ponía de mal humor viendo a pijos jóvenes con rastas fumando dentro del vagón. Qué necesidad. Alguien me definió chico encantador de uñas mejorables. Los sintagmas son suyos, pero la conjunción es mía. No lo dijo de una vez. Pienso demasiado rápido, tal vez porque esta semana he tomado la mitad de clonazepan de la que suelo.

Me dormiré consolado de que los tipos oscuros y los hombres atractivos me comprenden.

jueves, diciembre 18, 2008

18 de desembre

Fa molt temps que no dic res del Salvador Sostres, tot i que el llegeixo cada dia. Escriu dos articles diaris, un surt al diari Avui i l’altre al seu blog (http://www.salvadorsostres.com), en el que hi surt enllaçat l’article de l’Avui, també.

El d’avui comença així:

“No tinc cap dubte que la pedanteria crítica dirà que Clint Eastwood ha tornat a fer una altra gran pel·lícula, però pel que fa a mi, que la vagi a veure la seva tia. El tema és una mare que ha perdut un fill. Vols que et digui una cosa, Clint? Ets un cretí. Bé, pel que sembla al cap d'un temps apareix un nen que diu ser el fill perdut però que en realitat no ho és. Vols que et digui una altra cosa, Clint? Ets un cuc.”

Alguna cosa grinyola, crec, en l’aposició “pedanteria crítica” però sobretot fa una gràcia tremenda la interpel·lació al Clint Eastwood. I em fa més gràcia encara pensar en un mateix pla el rostre greu i dur del director amb la fila que fa el Sostres.

Al segon article, el que només es publica al seu blog, hi diu:

“Els jugadors del Madrid buscaren tota l’estona el turmell de Messi. Hi ha una baixesa espanyola. Un estil espanyol de fer política.”

I acaba

“Hi ha una baixesa espanyola. De vegades ens pregunten, mig seriosament i mig en broma, quin és el fet diferencial. Aquest, entre d’altres. Nosaltres no som uns miserables.”

Això escriu el primer articulista de Catalunya, nomenat tal cosa ell mateix. Ho recordava i ho busco al google, tal qual, entre cometes. Només hi ha una entrada:

“A mi també em passa quan dic que sóc el primer articulista de Catalunya. Què hi farem si sóc el primer articulista d’aquest país tan petit que quan el sol se’n va a dormir no està mai prou segur d’haver-lo vist? Doncs no hi ha manera, noi. Quan de vegades ho comento, i els asseguro que no vaig comentant-ho tot el dia, surt sempre algun imbècil a acusar-me d’egòlatra. Egòlatra, jo? Com és possible? Sóc un puto geni! ”

La gràcia de coses per l’estil, si la tenen, és segons de qui vingui. El John Lennon deia que a l’escola tenia ganes de dir als professors i la gent que no entenien res, que ell era un geni i no l’entenien. El Dalí feia gràcia fent algunes coses perquè era ell qui les feia, per de qui venien.

En canvi això del Sostres és una altra cosa. No s’entén massa aquesta prosa de publicació universitària subvencionada , aquest estil tavernari d’algú que no sap fer res més que això. I el discurs tan groller com el que hi ha enganxat a algunes parets de Catalunya que diu: Parla català o emigra.
I hi ha gent a qui li agrada i no només la quitxalla que li deixa comentaris i de fet no només els comentaris provenen de quitxalla. I tampoc és que la seva posició depengui dels pernils de la seva iaia (alguna cosa així diria ell en el meu cas). Un dia duia la Cristina Fallaràs en un Peugeot ple de fang a dins des de Glòries a Universitat (jo felicísisim de dur-la) i va sortir el tema. Ella deia que hi havia gent encantada amb lo que escrivia.

domingo, diciembre 14, 2008

13 de diciembre. 2-0

Llego del campo y me meto bajo la ducha y luego me tomo un colacao y un carajillo, casi seguidos. No ha parado de llover en todo el partido.

Y qué partido tan bonito de ver. El Madrid impecable y castizo en su planteamiento. Susceptible de regalarle una ristra de merecidos adjetivos decimonónicos. Enormes sus putas viejas (aunque a los del Barça nos dan mucha rabia) en sus ocasos, Raúl, Guti, Michel Salgado, viejos y épicos como los tipos crepusculares de Sam Peckinpah. Emotivo verles con esa actitud. Y el vigor de Gago o Sergio Ramos, que no ha desbarrado en ningún momento, este último, y el otro que toca bien y rápido y no ha dejado a Xavi. Todos ellos sin dejarse abrumar por este Barça poderoso.

Y emotivo y meritorio también el Barça. Imperfecto, ambicioso y triangulando lo que podía, que no era mucho y con poca profundidad. Es vibrante un partido con los equipos en pocos metros (sobretodo en la primera parte), sin despistes, y en caso de haberlos con paradas de los dos porteros. En los del Barça el instinto, incluso de los que podrían ser más veletas, para ir a por el balón cuando no lo tienen. Y la belleza que al menos a mí me aparece en partidos así. Cómo Puyol vuela en el primer gol, como Márquez con sus bellos ojos y facciones, siempre erguido se anticipa y da pases largos. El espectacular físico de Alves en ese cuerpo menudo y esa mirada clara, como la de los gitanos guapos. O cómo difractan los focos de tribuna en las gotas que colgaban del borde de la visera de mi gorro con visera, tan útil y bonito.

Lo bueno, además, de haber ganado el partido tan al final, que permite saber más cosas.

sábado, diciembre 13, 2008

12 de diciembre

1)

La semana pasada en el vestíbulo circular de la estación de metro y demás de la plaza Cataluña. Hacía frío y no era tarde pero un hombre y una mujer ya se habían acostado bajo sus mantas y sobre sus cartones. Entre y bajo las mantas y cartones parecía que se decían cosas bonitas en voz baja, no estaban dormidos. Al otro lado del pasillo estaba un hombre también tapado con la prótesis de la pierna a su lado.

Tres o cuatro días después de pensar eso Arcadi Espada, en su carta a J. de cada sábado escribía:

“Por si el tormento analógico fuera poco he tenido que salir de casa estas últimas semanas. Y lo que es peor, adentrarme en el repugnante centro de Barcelona. Puedo decirte que las cosas han vuelto también a los ochenta. La crisis. Sólo falta que vuelvan a abrir el Drugstore del fondo de las Ramblas y ya estará formalizada la sede social de los asesinos. Por de pronto el aspecto que ofrece a cualquier hora el vestíbulo circular del metro, en la plaza de Cataluña, es un alucinante y continuo festejo del Buñuel que amaba a los tullidos y de aquella Barcelona donde tanto se reían sus burgueses haciendo explotar los granos de pus. Hombres y mujeres viven y duermen allí sobre mantas y cartones, despojados de todo, incluyendo sus prótesis con calcetines, y aireando sus muñones al sol como si fuera lunes. Hacia el crepúsculo suelen bajar al vestíbulo un grupo de viejecitos que cantan boleros y otras canciones tristes; y lo que es mucho peor, a bailarlas: me perdonarás mis caprichos, pero no soporto ver bailar a los viejos.”


2)


Estos días leyendo despacio, y pocas, páginas de Faulkner. Pensando en lo que se activa o muere en el cerebro cuando leemos. Incapaz de decirlo sin caer en cursilerías y lugares comunes. Pero me acuerdo de lo de Pessoa.


"..Quien lee deja de vivir.
Haced ahora por hacerlo.
Dejad de vivir, y leed.
¿Que es la vida?.."


Le volví a insistir a un compañero en que porbara otra vez con Faulkner. Me dijo una vez que lo intentó con ¡Absalón, Absalón! y que le gustaba pero que daba ganas de suicidarse. Y me vuelve a decir lo que mola John Dos Passos.


3)

Con los años veo adjetivos por todas partes, casi hasta el desasosiego, me inquietan, los veo con relieve en lo impreso o en la pantalla, se me acercan y me turban. Más cuando los escribo yo, claro.

Se dice que Valle Inclán, cuando necesitó una transfusión y al ofrecésela Echegaray dijo que no la quería, esa, que estaba llena de gerundios.


4)

Como casi no queda whisky voy llenando el vaso con hielos y agua y ya no sabe a nada. Sabe más a cloro que a alcohol. Estaba con el vaso bajo el grifo de la cocina cuando escuchaba el tango que cantó Lydia Mendoza-en el año 34, cuando ella tenía 18.

Era yo una chiquilla todavia
cuando tu casualmente me encontraste
y merced a tus artes de mundano
de mi honra el perfume te llevaste.

Luego hiciste conmigo lo que todos
los que son como tu, con las mujeres,
por lo tanto no te extrañe que yo, ahora,
en la cara te diga lo que eres.

Mal hombre
tan ruin es tu alma que no tiene nombre,
eres un canalla, eres un malvado,
eres un mal hombre.


Y también cantaba cosas como:

Adiós, muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos.
Me toca a mí hoy emprender la retirada,
debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós, muchachos. Ya me voy y me resigno...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para mí todas las farras,
mi cuerpo enfermo no resiste más...

viernes, diciembre 12, 2008

12 de diciembre

Ayer le contaba a alguien algo de Manuel que sólo dije de pasada. El martes de hace 3 semanas, cuando llegué a Burgos a las 9 fui directamente a casa de Iñigo y Beatriz sin pasar por el ático des mis padres. Manuel aun no había cenado y andaba por ahí. Me decía “hola jordi” pero no se acercó a darme un beso. Llevaba ya un rato allí y le dije: “Manuel, no me has dado ni un beso, aun, dame uno”. Un poco burlonamente decía. “no”. Se reía. Estaba en esas, yo sentado en una silla del salón y él unos metros más para allá. Le volví a pedir beso y volvió a decir que no, riéndose. Puse cara de puchero y luego bajé la cabeza y me cubrí el rostro con las manos. Entonces Manuel dijo: “nooooooo” y corrió sonriente hacia mí y me dio un beso y un abrazo. Que alguien se detenga un instante y lo piense, la carrerita sonriente del crío precioso hacía mí, las oes que iba dejando en la carrera, oes que salían de la risa y de la generosidad del niño, queriendo dar cariño. Esas cosas calientan el espíritu y son agradables de recordar en noches de insomnio.


Ayer noche, un poco harto de algunas cosas, abro un vino joven sin denominación prestigiada (lo cual suele ser mejor). Tiene 3 meses de roble y ese color algo morado (cereza dice la etiqueta), esa acidez y aromas jóvenes que atontan un poco y se agradecen. Escucho Tupelo Honey. El día ha sido clarísimo y frío, la luna y su . contorno definido (“y enseña, lúbrica y pura,/sus senos de duro estaño”, escribió Lorca en su romance).

Los vinos que me suele sacar Iñigo son más viejos, mas caros y mejores y tienen otro color. Pero me sigue gustando el atontamiento de vino joven en la boca y la cabeza.

martes, diciembre 09, 2008

del 5 al 7

5 de diciembre

A year ago,

La rosa de otoño en la ola sin resolver como un suspiro sin resolver, irremediado, y un abrazo lúgubre y cariñoso de diciembre, cuando todo ya perdido y la rubia escuálida que fuma coqueta y llora bajo la gabardina. Qué atronadores y desagradable sonaban los villancicos por megafonía en la feria de Santa Llucia. De las pocas veces que la vi, tres, a ella, fue la última. Igual resbalaba alguna lágrima en su pómulo afilado rozando el mío, supongo que de puntillas para poder pasar su brazo por detrás de mi cuello. Todo por un día a finales de octubre, de besos que no dejaron dormir bien, como con el alcohol. O quizás por esa frase que no llegó a clavarse y quedó como un arañazo de uña de gato que escuece y reacciona alérgicamente, “soy doce años mayor que tú”, el pecho diminuto con unos pezones de vino viejo y esos gemidos agudísimo que de repente hubo necesidad de cubrir dándome la espalda. Otro coño ignoto. Otro más. Aunque pensándolo, no son tantos.




Noche del 5 al 6.


Como a un pobre sauce, el viento curva la persiana, hoy que se va el frío y viene el viento.


6 de diciembre

Two years ago,

Cualquier cosa antes que nada, ir a ver la tumba de los abuelos, ver a los hermanos Marx, emborracharme con el último vals, salir a respirar humedad en la parte alta de la ciudad, sin nada ni nadie, sólo el miedo que me hacía sudar, cuando volvieron los domingos temibles de hormigas en los pies y en los pulmones. Fracasado el intento claro, el no saber qué ni cómo, empezar la semana arrastrando los pies y con una angustia vital, un cansancio psico-clínico, asqueado, magullado, dolido, estúpido.


7 de desembre

La nit és quietíssima i he tornat fa una estona de prendre algo i menjar una pizza en la que la mozzarella i la base eren conceptes aliens. Amb la Marta i dos amics seus. Ja no ha de grinyolar la pobra persiana aquesta nit sense vent. El dia gris, d’aquests grisos que ja hem comentat alguna vegada, de dia humit i tebi, desagradable i sovint a Barcelona quan a altres llocs fa fred. El vent de llebeig que tot ho empastifa, deia en Pla.

Dins les ficcions que ens governen i ens guien no sé com deu provar el nivell de català d’ús oficial, laboral. S’ha aconseguit sense gran resistència (la gent pot dir missa, però es vota el què es vota) una presència absoluta del català en qualsevol activitat que depengui de l’administració catalana o local. La llengua de trobada és el català indiscutiblement i hi h agent que es disculpa de no parlar-lo o escriure’l. Però passa que sovint el nivell és baixíssim i gran part de documentació i comunicacions haurien d’avergonyir algú, encara que no sé ben bé qui. No és només qui l’escriu malament sinó qui no és capaç de detectar-ho. Això em provoca certa melangia i solitud, de sensació de viure mentides, d’estar enmig d’un absurd.