miércoles, abril 30, 2008

30 de abril. Who prays for me?

No fue hasta ayer por la tarde, al enviar la canción a algunos compañeros. De una de las aproximaciones a la música celta por parte de Mark Knoplfer, Done with Bonaparte.

Yo entendía claramente:

I pray for her, who prays for me?

Al buscar la letra para mandar parte de ella vi que me sobraba una coma y un interrogante y que en realidad pretende decir:

I pray for her who prays for me

De todos modos, no quedaba mal entenderlo así y encaja en el tono de la canción. Me hizo sonreír un poco que ante la posible ambigüedad mi cerebro apuntara hacia lo borroso o etéreo , a las preguntas lanzadas sin esperar respuesta. Como por ejemplo:

Who's a-gonna stroke your coal-black hair
And sandy-colored skin?
Who's a-gonna kiss your Memphis lips
When I'm out in the wind?

Un par de cosas más, aun. Percepciones.

1) Al componer McCartney Getting Better decía en su optimismo eléctrico y machacón que todo estaba yendo a mejor y a Lennon, que le hacía los coros, se le ocurrió cantar que iban a mejor al no poder ir a peor.

2) En la primera, creo, gira americana de los Beatles Dylan sube a su habitación. I wanna hold your hand había llegado al número uno. Donde los Beatles decían “I can’t hide, i can’t hide, i can’t hide”, Dylan, influido por la marihuana, entendía “I get high, i get high, i get high”.

Soundtrack
(desde que conocí a Emily Dickinson cualquier verso que contega la palabra "thee" me gusta)

Save my soul from evil, Lord
And heal this soldier's heart
I'll trust in thee to keep me, Lord
I'm done with Bonaparte

martes, abril 29, 2008

28 de abril. It’s alright

Está bien estar muy cansado de noche, empezar a andar descalzo por casa, estar escuchando a Roy Orbison, beber un poco de vino blanco y pensar en alguien.

Lanzar besos afrutados a la noche, por el balcón.

domingo, abril 27, 2008

26 de abril

El sábado pasado tomaba café en una terraza de la Plaza de la Virreina con Marta y Llorenç. Se estaba bien pero pensé que faltaban dos o tres grados para estar bien del todo.

Ayer no faltaban esos dos o tres grados por la tarde y fue una suerte que me sacaran de la oficina a las cinco para tomar una cerveza que fueron siete. Las cervezas y lo demás hicieron evaporar la angustia de las dos últimas tardes. Cada uno con un codo en la barra que da a la calle de un bar de la calle Santaló. Se nos hizo de noche y seguimos tomando copas con dos gemelas que viven con otra chica en un piso de Gracia con una terraza grande y un gato. En el Bonobo, donde ponen música rock sin adjetivos.

Me he despertado a las ocho con el estómago al revés, o al menos oblicuo: No podía estar tumbado sin tener náuseas. A las diez o así me he vuelto a dormir hasta tarde y después de ducharme ya era tarde para periódicos, así que he salido con un libro de Pessoa. Me cabía el libro en el bolsillo trasero de los tejanos rotos y deshilachados que tengo.

No pensaba hacer nada más, pero al acabar la tarde he querido que me diera el aire. Tenía además, algunos sudores de abstinencia, supongo. Bajaba hacia el centro con ganas de comprarme algún western.

jueves, abril 24, 2008

23 de abril. Here’s looking at you, kids

En casa a las doce, luego del Barça. Escuchando lo que me ha comprado mi madre de los Stones. Lo tenía casi todo, casi, pero esos singles que aun hay que perseguir y buscar en recopilaciones.

Un chorrito de martín blanco en la ginebra, levanto el vaso, solo, hacia vosotros, amores:

A los que en algún momento del día han hecho un gesto, han escrito una linea, me han dado un beso, me han regalado algo, por orden de aparición (aproximado, claro).

In my life
I love you more

Afrique
Paula, aunque sin pretenderlo del todo)
Marta L
Carol
Ingrid
Dearest Fallarás
Mi madre
Jefe granaíno
Núria, dulce secre
Iñigo
Mi preciosa Beatriz
Manuel, mi peque
Miren
Alberto, Paco, compañeros
Rizos ingrávidos, MªI, compañeraV, compañeroF, a la vez
Laurita, compañera
Bruno, mi hermano
Nacho, antiquísimo amigo de cuando yo medía 1,60
Señora del sitio de bocadillos de salchichas con pimientos, peinada y pintada como Núria Feliu
Nuño, queridísimo amigo y primo mío
Marta M
Mi padre
Hell on Wheels
Dani, como Nacho
Moni, Silvia, Daniela, Sharon, Ricard, Domingo, Dolors y compañeros antes listados, dos regalos y una tarjeta
CrisR
VK y su regalo llegado por mensajería
Olga
Zamo
Abuela
Jefe rata de l'Eixample, dice él
Nekane en luna de verano
Mi preciosa prima Beatriz
Linda Lee
Tía Carmen
Mari
Ester (Wunderkind, prima mayor)
Tío Fernando
Pelirroja Doherty
Tía Irene
Irenita (prima)
Tía Josefina
Isa
Tío Fernando
Tío Ricardo, tía Simona
Jaume, haciéndome sufrir hasta el último cuarto de hora, jodío

Though i know i'll never lose affection
For people and things that went before
I know i'll often stop and think about them
In my life i love you more

Manuel. Beatriz decía: cumpleaños... y Manuel: feliz.

Y luego Beatriz otra vez: cumpleaños... Y Manuel en tono más alto: feliiiiz

Luego, Manuel:

Felicidad.
Felicidaaaaad
¡Felicidad!
Fe-li-ci-daaaaaad
Felicidad
¡Felicidad!
Felicidad, felicidad, felicidad, felicidad, felicidad.......¡felicidaaaaad!
Felicidad.

Hasta que le han quitado el teléfono.

miércoles, abril 23, 2008

22 de abril

Llevaba días teniendo que comprar clonazepán. Ayer se me olvidó del todo. La urticaria era como un dispositivo LED que se encendía según el nivel de estrés. Lo bueno es cuando el cansancio pesa y la tensión queda en un segundo plano. Llegué a casa hacia las diez, me llevó e jefe en coche. Hasta que abrí la puerta del coche hablando de canalizaciones que pasan no sabemos si por debajo una acera estrecha de ochenta centímetros o de la calzada. O del apoyo de placas alveolares con pendiente del 10% sobre pantallas.

En fin, que hacia las doce me acordé que no tenía para mi dosis diaria de clonazepán. Cualquier cosa antes que bajar a la farmacia, así que me puse a buscar en el minibolsillo que casi todos los pantalones tienen. Lo de llevar una pastilla de clonazepán en el bolsillo es como llevar el ventolín en otro bolsillo. Nunca lo usas, pero por si acaso. Para entenderlo hay que haber pasado una crisis asmática o un ataque de pánico, aunque ya haga 6 o 7 años que no sucedan ninguna de las dos cosas, más o menos. Así que busqué en tres o cuatro pantalones, donde era posible, que no probable, que hubiera alguna pastilla. Y no la hubo. No creo que haya sido por eso que he dormido mal. Me metí en la cama y sentía calor, seguía teniendo la cabeza como un bombo y había una discusión en la calle. Tardé en dormir y a las seis de la mañana he dado un respingo no se por qué. La mañana ha seguido siento un sinvivir hasta las dos menos cuarto. Un largo suspiro de alivio y he bajado con MªI a tomar un quinto.

Llevaba como un mes sin comprar el periódico entre semana. He ido andando despacio, casi arrastrando los pies, a comer donde Paula. Sigo sin poderle aguantar la mirada en ese bar tan pequeño. Demasiado pequeño para esos ojos y esa sonrisa que no cabe. Me supera y a saber qué cara le pongo y qué pensará ella. Se agacha a por los canelones de verano y el pantalón siempre algo caído enseña unas bragas rosas, casi fucsia, algo bordadas. Se me ha ocurrido que era raro que no fueran de licra (tal vez diga una barbaridad, no sé nada de tejidos) con ese color.

Frente a la puerta del edificio de la empresa le contaba algo a la compañeraV mientras fumaba. Me escuchaba sonriente y con conmiseración, como un par de peldaños por encima de lo que le contaba.

Luego alguien que suele llevar demasiado perfume me ha dicho con singular franqueza “Qué pálido estás”. Tengo la piel blanca y estaba roto y seguro que ojeroso. El jefe, que también estaba allí ha dicho: “Está siempre igual”.

Quería salir a las siete o siete y media pero al final he salido a las ocho. Me he comprado el libro de jaikus de Kerouac. No he leído casi nada desde febrero.

Cuatro años con este blog, hoy.

miércoles, abril 16, 2008

13 al 15/4

13 de abril

En el Sidecar ayer. Como Unamuno que veía historia, intrahistoria, en los campesinos de Castilla. Acodado viendo la vida de una trentaymuchos. Delgada aun puede enseñar la cintura. Los ojos bonitos y los hoyuelos, el maquillaje y la poca luz absorben lo que es menos agradable. Es ésa pero hay millones. La sensación de que hay gente que nunca encaja del todo, si me acercara más creo que vería los años, las décadas, el amor que no lleva a ningún lado y los hijos no pretendidos, las heridas ya secas o casi, geología de los últimos quince o veinte años de millones de mujeres que toman copas y hablan los sábados por la noche.

Las de veinticinco, en cambio, evaporan aun el perfume entre los muslos.

Está bien el Sidecar. La barra, las bóvedas, alargado, la gente. Camisetas, un tipo con una de la gira de la banda de Kusturika, otro con unas alas de ángel dibujadas en la espalda. La belleza anémica de una camarera con los labios siempre muy rojos, la otra siempre andrógina, los chicos y aireando axilas recogiendo las botellas de Estrella vacías que toma casi todo el mundo, porteros sin tic ni ese absurdo ceño fruncido

14 d’abril

Ahir, la noia que es va aixecar per si tenia foc, estirada sobre la peça de roba per estirar-se sobre la gespa. Cambia de postura, lia cigarrets, llegeix una novel·la en edició de butxaca, molt rebregada, gruixuda. Arremangat el vestit fins les cuixes, els tirants baixats i el vestit deixant veure les vores del sostenidor. És joveneta i m’ha semblat que té un català refinat no del tot de Barcelona, amb certa cantarella.

Les noies a l’abril, que com els gats busquen els rectangles de sol i tanquen els ulls, tan bufons.

15 de abril

Pensando en una explicación daliniana a la urticaria. O patafísica. Acaso umbraloide.

Una reacción amorosa, un amor amariscado y rosa, un amor pasado de vueltas y el cuerpo pide calma, los versos que no me salen eruptando en mis codos, los granos ya secos en mis muñecas como desamores curados, joviales granos adolescentes aun sin color porque no los he rascado después de cenar en los antebrazos, gritan libertad.

O el picor en la tarde en la oficina que ya avisa de que va a sonar el teléfono.

Engullo los nervios y luego me sale urticaria. Pero al menos nadie dice nada de litio, como hace dos años. Litio, Dios, hay cosas, querido, que no deben decirse, ni aunque sean verdad.

En al ambulatorio soy casi el último porque tienen que pasar todas las visitas programadas y casi todas las no programadas, entre las que estoy. Detrás de mí sólo una anciana que lleva una camiseta y dos chicas con carpeta de la UPC, una de ellas lleva la píldora del día después en el rostro. O algo parecido. Y la otra es una pija y un cielo con su amiga.

Volviendo hacia la oficina en por la avenida Tarradellas veo a un tipo con una cámara con un enorme objetivo frente al monumento a José Antonio. Otro tipo joven, argentino con perilla y una libretita se me acerca y me dice que si me puede hacer unas preguntas cortas. Le digo que vale. No haría falta preguntar nada. Si sé para quién es el monumento, que qué me parece que haya un monumento así, si creo que la gente sabe su significado y si me parecería bien su retirada. Me sonríe cortésmente mientras le respondo y me da las gracias.

martes, abril 08, 2008

8 de abril

Por la mañana en un pueblo del Bages, paseo, estrechar manos, ayuntamiento, reunión, técnicos municipales, tarjetas y en ese plan.

Un treinteañero, de obvio pasado xirucaire-casal-guitarra-foc de camp, alto y delgado, metido a jefe responsable, piel morena, pelo ondulado, algo aturullado pero agradable y padre de seis hijos.

Un rictus y labios gruesos nada agradables, se nota la saliva pastosa.

Un funcionario de los que siempre sufren con los plazos, de trato muy correcto y parlanchín. Me recuerda al mes de julio de 2005 en que otro nos freía a llamadas diciendo que necesitaba un número, un número, y nosotros le contestábamos que lo tendría por la tarde, como habíamos quedado. Luego ya ni eso porque no nos poníamos al teléfono y el jefe lo toreó con su habitual displicencia y buen humor. De todos modos, un tipo majo ese funcionario, no he tratado casi nada más con él desde entonces, pero le cogí aprecio.

Y nos vamos a detener, claro, en la arquitecta municipal, a pesar de cierta sorna que a veces recibo de trozos de pan bendito. Pero es que ya hay algo que llama la atención, esa fisonomía bonifacia (me gustaría que se aceptara la palabra, me gusta y no se me ocurre sinónimo que no sea “bondadosa” o algo así, que me parece demasiado monjil, es más bien esa bondad tranquila) que tal vez se deba a los ojos grandes un poco saltones, la palidez del rostro y el arco pronunciado de las cejas. El tono de voz acorde con lo anterior, concisa, clara, correcta. No la indolente caradura (que a veces llega a desfachatez) ni tampoco el estrés del funcionario con sus batallitas internas que nos importan un pimiento o preocupado sólo por la presión vecinal y la imagen del consistorio y la fecha de inauguración y la foto en el periódico local.

Pasa un rato y me doy cuenta de los pechos apetecibles en esa mujer de falsa parsimonia. Educada sin cumplidos, amabilidad no impostada. Sobre la camiseta blanca que marcan sus pechos, sin llegar a ser ceñida, lleva una blusa a cuadros que le va grande, abierta. Unos pantalones oscuros y unos zapatos gastados. El clip con el que se recoge el pelo simula una cáscara de concha. En fin, su estilo, alejado de ese atuendo progre a lo Imma Mayol, esas pijas con rodeos. Simplemente una blusa vieja, sin mas, abierta, una camiseta cualquiera y unos zapatos planos y cómodos.