jueves, mayo 31, 2007

Junio

June, she'll change her tune,
In restless walks she'll prowl the night;

Llevando acumulado:

April come she will
When streams are ripe and swelled with rain;
May, she will stay,
Resting in my arms again.
June, she'll change her tune,
In restless walks she'll prowl the night;

Doce rosas

No es rocío,
son lágrimas
guardadas

Lo que resbala
por tus pétalos

miércoles, mayo 30, 2007

Vals abstruso desacompasado

Cansancio y love, love, love que no tengo. Y sería tu espejo, reflejo de lo que eres. Y esto puede ser escrito, ¿así que..? (ver soundrack1 para primera y tercera frase, soundtrack2 para la segunda).)

Me lleno la boca de sandía.

Toso para intentar escupir algo que no sale, pero estoy muy amoroso. Y mientras no salga sigo tosiendo y el corazón se me irrita de tanto toser. Aun mas rojo.

Y mal si te rompen el corazón, pero peor que te rompan el ego.

Tengo un rasguño en mi mejilla izquierda porque ayer se rompió una rama y cayó rozándome cuando volvía de comer con mi compañera rubia de la oficina de Barcelona. A la compañera que sabe portugués le imprimo poemas de Pessoa y los mete en el bolso.

Cada día me despierta la luz antes de las siete porque están rehabilitando la fachada y nos rogaron que dejáramos las persianas sin bajar.

Y siempre, pero más en mayo, busco los ojos grandes de animalito bueno.

Y a pesar del temporal a la princesa del barco le apetecen flores pero no las pide. Imagino que las princesas no piden. Soñé hace años que conocía a la princesa de Austria, que ya no tiene princesa. Llevaba vaqueros y media melena ondulada. Estaba depre pero sonreía y me contaba muchas cosas. Se lo conté a mi prima Ester cuando estaba en Miami.

Soundtrack1

There's nothing you can do that can't be done.
Nothing you can sing that can't be sung.
Nothing you can say but you can learn how to play the game
It's easy.


Soundtrack2

I'll be your mirror,
Reflect what you are
In case you don't know.
I'll be the wind,
The rain and the sunset,
The light on your door
To show that you're home.

When you think the night has seen your mind,
That inside you're twisted and unkind,
Let me stand to show that you are blind.
Please put down your hands 'cause I see you.

25 de mayo

Estoy descalzo en casa, una vez metidas las cosas del súper en la nevera o donde toque. Hacía no sé cuanto que no volvía de trabajar un viernes desde la oficina de Barcelona. He vuelto andando sintiendo las agujetas del partido fútbol de noventa minutos que ayer jugamos. Yo empecé a ir al tajo a finales de septiembre de 2005. La gente que ha estado desde el principio empezó a ir en abril del mismo año y otros, aunque con algún matiz, unos meses antes. Mucho tiempo. Y ayer nos tocaba celebración por haber terminado.

Como mi coche, de empresa, se había quedado allí el martes Marta tuvo la amabilidad de pasar a recogerme en la Plaza Kennedy. Se ha comprado un coche de segunda mano que a Llorenç y a mí nos hace mucha gracia. Su Fiat Punto quedó siniestro total cuando un día al incorporarse a la Ronda del Mig la mujer que iba delante de ella frenó bruscamente y sin motivo, con lo que Marta tuvo que frenar bruscamente, con motivo, y el que iba detrás de ella chocó con ella que a su vez chocó con la que iba delante. El caso es que tras meses buscando y pensando un coche pequeño-mediano se ha acabo comprando un Golf familiar de un rojo mate y contundente sin aire acondicionado.

Marta y Llorenç han sabido hace poco de este blog. Sólo se lo digo a gente muy amiga o a gente que casi no conozco. He tenido suerte de la cotidianeidad de Llorenç y Marta en estos meses y de la compresión de Sandra. Al menos de lunes a viernes.

Algo más tarde de las diez de la mañana empezamos el partido que resultó muy divertido aunque hubo gente que se lo tomó muy en serio. Después del partido empezó a haber gente en la piscina, algunos porque les tiraron y otros porque nos tiramos. Luego, hacia las doce y media, empezamos a comer y a beber. A las cuatro sacaron los whiskies, los gins y los licores. Algunos siguieron siendo lanzados a la piscina. Pasaban las horas y el tabaco se iba acabando y las consonantes pasaron a ser algo con lo que rodear de mala manera a las vocales. Un calor humano y viril más presente que nunca. Abrazos y palmadas en la espalda. Sinceridad etílica. Preguntas directas y personales. Confesiones y confidencias impensables otro día. Conversaciones acerca de la cosmología del matrimonio. El soundtrack adecuando es una mezcla del Jailhouse rock (ah, Leiber&Stoller) de Elvis y el Let’s have a party, de Wanda Jackson.


The warden threw a party in the county jail.
The prison band was there and they began to wail.
The band was jumpin and the joint began to swing
You shouldve heard those knocked out jailbirds sing.


y

Some people like to rock,
some people like to roll
But movin' and a-groovin's gonna satisfy my soul
Let's have a party

domingo, mayo 27, 2007

26 de mayo. Sólo hay arriba y abajo

A finales del 63 Bob Dylan tenía 22 años. Una gente de izquierdas llamados Emergency Civil Liberties Comittee le concedió un galardón en reconocimiento a su compromiso político. Tras aludir a l a calvicie y edad de los presentes, Dylan terminó el discurso de aceptación así:

“Los viejos, cuando se les cae el pelo, deberían desaparecer. Miro a la gente que me está gobernando y dictando mis normas y no tienen pelo en la cabeza. Me pongo muy nervioso al respecto. Para mí ya no hay negro ni blanco, izquierda ni derecha. Sólo hay arriba y abajo, y abajo está muy cerca del suelo. Intento subir sin pensar en algo tan trivial como la política."

Voté por última vez en las generales de 2000. Y de las veces que voté fue la que más cerca estuve de no hacerlo. Anguita, además, convalecía. Entonces aún era un bakuninista (introspectivo) que votaba al referente catalán de Izquierda Unida. Lo de Bakunin me duró hasta el enero o marzo de 2002, cuando leí su Confesión al Zar. Por cierto que el texto es largo e interesantísimo. En castellano existe, al menos, en un libro llamado Eslavismo y Anarquía, recopilado (o editado o lo que sea) por Antonio Elorza. Mi bakuninismo de ahora es diferente.

Ese día, además, participé más o menos activamente en la consulta sobre la deuda externa. Una estupidez de la que no me arrepiento. En esa época estaba yo peleándome con bastante éxito con la agorafobia. Hasta me había acostumbrado al ataque de pánico diario al enfilar la interminable recta desde el Sofía hasta la escuela de industriales. Atreverme a hacer cosas el fin de semana estaba bien así que me apunté a eso. A las ocho de la mañana estaba en la plaza Can Mantega. Estuve toda la mañana en una de esas mesas absurdas con unas chicas muy simpáticas. Y a última hora de la jornada también estuve un rato, cuando se cerraba el chiringuito. Me entretuvo bastante el día eso. El coordinador del barrio de Sants era una niño de 18 años con gafas y unas bambas enormes. Me pareció una versión banca y catalana de Steve Urkel. Aún recuerdo su nombre. Me hizo mucha gracia. También estaba la gente del PCC de Sants, algunos de ellos verdadera gentuza, créanme. Conozco de sobra como actúan algunos en asociaciones de vecinos, de padres, en colegios, etc. Y también estaba esa gente a la que le encanta la burocracia y el hippismo.

En la salsa de los macarrones que he comido hoy había:

Tomate
Pimiento rojo
Cebolla
Ajo
Un poco de chorizo
Un poco de paté
Un chorrito de brandy
Sal y un poco de pimienta y orégano.

Además tengo tortilla patata para otro día. Para el bocadillo del fútbol sólo he puesto la mitad. Es agradable eso de que sea sábado y poder tener las ventanas abiertas y el olor que viene y va de sofrito o de tortilla de patatas.

Y también lo es la siesta intermitente escuchando Carmen aunque me haya levantado de ella con un exceso de cuestión sentimental.

Y mañana, Zamo32.

Soundtrack:

Like my father before me, I will work the land,
Like my brother above me, who took a rebel stand.
He was just eighteen, proud and brave, But a Yankee laid him in his grave,
I swear by the mud below my feet,
You can't raise a Caine back up when he's in defeat.

miércoles, mayo 23, 2007

22 de mayo

Iba con mi jefe y más gente a comer a la hípica y conducía él. Me ha dicho que avisara a otro de que estábamos yendo. He hecho uno de esos movimientos ridículos de cuando estás sentado en el coche y buscas el móvil en el bolsillo del pantalón, levantando la pelvis y eso. Y en esas se me han caído las llaves del coche y no me he dado cuenta.

No iba yo desencaminado cuando al no encontrarlas al volver de comer he buscado en su coche, pero he buscado poco. Mi jefe se ha ido a Barcelona, seguía buscándolas y le he llamado diciéndole, con mi introvertida y pausada histeria, que si no estaban en su coche no sabía dónde podían estar. Las has buscado bien y las ha encontrado. Que el cielo tenga en cuenta a los jefes que además son buenas personas.

Me han llevado a Barcelona y a las siete y media me encontraba en la Diagonal, entre el Corte Inglés y l’Illa con muchas horas por delante. He llamado a los dos amigos que tenía más cerca. Uno no me ha contestado y el otro estaba ocupado aunque hemos hablado un buen rato. Me he metido en el FNAC durante algo más de una hora. He comprado el Homenaje a Cataluña, que algún día había que comprado, dos Lp’s de Johnny Cash de finales de los ochenta metidos en un CD y una edición bilingüe de Poemas de Alberto Caeiro, de Pessoa.

He ido andando hasta la estación de Balmes-Provenza. Hay días en que desearía atar mis pensamientos e impedir que divaguen por según donde. El misterioso McCartney de Fixin’ a Hole es el primer soundtrack:

I'm fixing a hole where the rain gets in
And stops my mind from wandering
Where it will go
I'm filling the cracks that ran through the door
And kept my mind from wandering
Where it will go

Hoy he divagado sobre la tristes y sentado en el vagón saco el libro de Pessoa y me topo con esto:

Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa ya que existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta

Antes del mal rato por las llaves me había conmovido por la foto de Lucas, no sé del todo por qué. Su madre me ha dado permiso para enlazarla. Miradla, amigos. Es del blog de Fallarás.

Mmm, las caricias de doble malta.

Soundtrak2, me gusta, sobretodo, cuando Johnny Cash casi recita o sermonea algunos versos.

Well, I sat down to listen to the shoeshine boy
And I thought I was gonna jump for joy
Slapped on the shoe polish left and right
He took a shoeshine rag and he held it tight
He stopped once to wipe the sweat away
I said you're a mighty little boy to be-a workin' that way
He said I like it with a big wide grin
Kept on a poppin' and he said again

Get rhythm when you get the blues
Hey, get rhythm when you get the blues
Get a rock 'n' roll feelin' in your bones
Get taps on your toes and get gone
Get rhythm when you get the blues

lunes, mayo 21, 2007

20 de mayo

El miedo que todo lo penetra y te hace encoger y ver borroso. La desagradable sensación de no pisar firme, de que te puedes dar una leche

En Las Ramblas ya hay muchas despedidas de soltera de inglesas gordas que gritan.

Me entero de que en julio toca Joan Baez en el festival de Cap Roig. A pesar de sus sombras o la irregularidad o el no saber escoger el camino, sólo por su primer LP con 19 años y su manera de interpretar esas canciones y su pulcra y punzante guitarra y el llevar a Dylan de la mano al escenario, a Joan Baez tengo que quererla.

Y poco más. Domingo y sábanas limpias.


Soundtrack: To Bobby

I'll put flowers at your feet and I will sing to you so sweet
And hope my words will carry home to your heart
[…]
No one could say it like you said it, we'd only try and just forget it
You stood alone upon the mountain till it was sinking

domingo, mayo 20, 2007

19 de mayo

El 19 de mayo de 2004, en el Fórum, aparece Fallarás. Fallarás, más que llegar a los sitios, irrumpe en ellos.

Entro en la sala 112, me siento en la fila 8 o 9. Va llegando gente, la mayoría estudiantes en busca de créditos, como yo. Sin embargo, delante de mí tengo a dos tipos con pinta de periodistas charlando. Gracias a ellos me llevo una sorpresa agradable; llega una mujer que digo yo andará en treinta y tantos y saluda a uno de ellos. Me doy cuenta de que es Cristina Fallaràs, cronista del diario El Mundo en la edición de Barcelona.. En las colaboraciones de dicho diario aparece una foto pequeña del que firma, y ya son años de fijarse en esas fotos. Estoy casi seguro de que es ella. Hay un sitio libre a mi lado, detrás de su compañero y se sienta ahí. Es más guapa de lo que parece en la foto que llevo años viendo. Lleva un bloc y un bolígrafo.
[...]
Cristina Fallaràs toma notas. Antes de empezar el acto me ha preguntado si soy estudiante y si me dan créditos. Luego ve que tengo el programa del diálogo y me pide permiso para mirarlo, mirándome a los ojos, expresiva y sonriente. Estoy pensando en preguntarle si es quien creo que es. Mi timidez consustancial me lo impide, ya habrá ocasión, pienso. Le digo que sí, que claro. Lo ojea a toda velocidad.
[...]
Tras los aplausos la pausa, Cristina Fallaràs sale disparada, un nervio de chica, pienso yo. Al salir la veo fuera fumando. Sigo sin decirle nada. Paseo por los pasillos, salgo a una terraza que hay.
[...]
La cronista vuelve a preguntarme si el sitio a mi lado está ocupado y le vuelvo a decir que no y ella dice que se vuelve a sentar a mi lado y yo le devuelvo la sonrisa. Luego viene un diálogo más o menos así.

- Perdona, ¿eres Cristina Fallaràs?
- Sí –dice ella con convicción-, ¿te conozco?
- No, bueno, yo te conozco a ti de El Mundo.
- Ah, ¿estabas en El Mundo tu?
- No, no. Digo que te conozco de leerte, al verte llegar me ha parecido que eras tu, por la foto esa pequeña que sale en las columnas.
- ¡Ah! –parece sorprendida y se ríe- Qué bien.
[...]
También me fijo en Cristina Fallarás. El pelo le llega a la altura de mitad de cuello, muy rizado. Sus ojos son muy claros y tiene las mejillas algo enrojecidas. Debe de haber tomado el sol durante los últimos días. Viste una blusa negra con timidísimas transparencias y flores dibujadas, un pantalón moderno y sandalias. Lleva las uñas de los pies pintadas de blanco. Antes de que acabe la sesión me da un golpecito en el hombro, me sonríe a la vez que me dice adiós y se va.


Ayer me hiere una palabra de cuatro sílabas. Indecencia por la espalda. Siento que emerge el dolor como la grasa subcutánea en un corte de cesárea. Siento el corte. Aura monjil. Años confiando y luego esto. Hoy duermo una siesta intermitente, sudorosa y taquicárdica. Por la tarde limpio cosas. Incluso me meto en la bañera con un guante y un estropajo y me pongo a rascar el óxido que dejan las cañerías viejas.


Para bajar al centro me pongo una camiseta lisa y negra y los vaqueros rotos. Compro cosas. Un libro de poesías de Safo, el Frank’s Wild Years de Tom Waits que Ingrid me perdió aunque ella juró habérmelo devuelto, otro libro y otro CD. Se me ha metido Suzanne en la cabeza.

Me meto un poco en el Raval para comer algo. Entro en un restaurante de cominda Hindú y Paquistaní. Es barato y está bueno. Como Pakoora, carne con curry y arroz, pan y un té.

Antes de volver a casa paseo un poco y me tomo una cerveza en la barra de arriba del Sidecar, la parte bar, o sea, no la discoteca. Las camareras del Sidecar de los últimos años tienen la gracia de ser todas distintas. En algunos sitios son intercambiables, más allá de los matices. En el Sidecar lo único que tienen en común, pienso, es la delgadez. Pero lo demás no. Una presumida, otra casi andrajosa, otra se pinta los labios y parece anémica al lado del color y calor de una centroamericana, otra es una belleza algo andrógina, otra con un escotazo, otra con los ojos excesivamente sombreados, otra amable, otra casi grosera..

Vuelvo a casa poco después de la doce. Estoy menos dolido, Siento que me falta poco para pasar del dolor al enfado y empezar a murmurar malhumorado. Ya veremos

Soundtrack1:

I made a golden promise
That we would never part
I gave my love a locket
And then I broke her heart
And then I broke her heart

And it's such a sad old feeling
Oh, the fields are soft and green
It's memories that I'm stealing
But you're innocent when you dream, when you dream


Soundrack2:

And just when you mean to tell her
That you have no love to give her
Then she gets you on her wavelength
And she lets the river answer
That you've always been her lover
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body
with your mind.

viernes, mayo 18, 2007

17 de mayo

Hablando con Marta me doy cuenta de que no me cortaré el pelo antes del concierto de los Stones.

Estos días visto camisas de marca que ya hace años dejó de ponerse mi padre con pantalones rotos.

Es tarde y el viento sopla fuerte contra las persianas, pero abro la ventana y la temperatura fuera es muy alta. Sensación de A Hard Rain's A-Gonna Fall o algo así. Apocalipsis y eso. Además vuelvo a notarme destemplado y me duele la garganta.

Y cuando no sé qué más poner me levanto con el vaso pequeño que ahora tiene color de madera a hacer un poco de zapping y veo en la tele a miembros de The Band, comentando The night they drove Old Dixie Down. Una de las cosas más emotivas que se puede escuchar en esta vida. The Band son uno de los motivos por los que me dejo barba.

Me gusta cuando el cansancio hace que a ratos me dé todo un poco igual. Hay que descansar, a veces, de las cosas, de los lloros, los miedos, el ego y las euforias absurdas.

Y recuerdo cuando le decía a VK “ven a mí” y me viene a la mente el primer Soundrack:

Come softly to me

I've waited, waited so long
For your kisses and your love
Please come, come to me
From up, from up above



Soundtrack2:

Back with my wife in Tennessee, When one day she called to me,
"Virgil, quick, come see, there goes Robert E. Lee!"
Now I don't mind choppin' wood, and I don't care if my money's no good.
You take what ya need and ya leave the rest,
But they should never have taken the very best.


Soundtrack3 y Apocalipsis:

I'm a-goin' back out 'fore the rain starts a-fallin',
I'll walk to the depths of the deepest black forest,
Where the people are many and their hands are all empty,
Where the pellets of poison are flooding their waters,
Where the home in the valley meets the damp dirty prison,
Where the executioner's face is always well hidden,
Where hunger is ugly, where souls are forgotten,
Where black is the color, where none is the number,
And I'll tell it and think it and speak it and breathe it,
And reflect it from the mountain so all souls can see it,
Then I'll stand on the ocean until I start sinkin',
But I'll know my song well before I start singin',

lunes, mayo 14, 2007

Íngrid

Lo que tenía pensado para ayer sábado por la tarde cambió al recibir un sms de Ingrid a las tres y media. A inicios de semana llevaba tres días sin apenas dormir ni comer y sigue un poco igual. Cuando no trabaja fuma, bebe café y mira la pared o se distrae con lo que puede.

Quedé con ella a las seis. Llegué un poco tarde porque se me ocurrió llevarle una rosa que compré en Las Ramblas. La señora que me la vendió era auténtica, septuagenaria, y cada vez que se dirigía a mí me llamaba guapo.

Íngrid me esperaba en un café de Vía Layetana, estaba en la última mesa, en una esquina, con un libro y una cocacola. Se alegró por la rosa y me agradeció mucho que hubiese ido. Llevaba un vestido blanco y una especie de chal rosa, de la Índia. Ya noté que, como siempre, llevaba un perfume bueno o caro. Me contó con detalle lo que me había adelantado hace unos días. Hacía más de tres años que algo así no su cedía: Ingrid y yo hablando en un café.

Hubo un tiempo en que Ingrid fue mi mejor amiga o mi mejor cómplice. Poco después dejamos de dirigirnos la palabra. Y meses después volvimos a dirigirnos la palabra, pero de otra forma. Hasta hace unos meses, en que sentí que lo malo que hubo entre nosotros volaba y se iba para siempre.

Cambiamos de sitio. Fuimos a uno muy agradable y bonito, en Sant Pere més alt (mi madre la llama “Alta de Sant Pere”). Ingrid ya había hecho suya la rosa y le llevaba con elegancia. Nos sentamos en un sofá viejo y bonito que se hundía. Pedimos mojito y caipirinhas y ella también pidió algo para comer, de lo que me alegré. Es buena señal que se te abra el estómago en épocas así.

Me contó una historia digna de Rohmer, empezaba a finales de los noventa y termianba en el 2006. Le dije que hay que tener talento para contar algunas historias. Pero parte del talento de Ingrid es provocar algunas historias. Pocas personas son capaces de ello. También me dijo que el perfume que lavaba le había costado setenta euros.

Presumo de conocer a Ingrid como poca gente la conoce. Tiene un corazón enorme y una sensibilidad exquisita. Pero también le pierde la precipitación y el orgullo. Juzga erróneamente algunas personas y se equivoca valorando situaciones a veces. En mi opinión, claro. Y luego ella se da cuenta.

En algunas cosas y sobre algunas personas no es que pensemos diferente, es que pensamos lo contrario. Aunque nunca dejaré de admirar cómo ha afrontado los palos que le ha dado la vida y su capacidad de sobreponerse. Incluso a situaciones que a más de uno destrozaría los nervios y la autoestima.

También tiene el mérito de hacerse perdonar todas sus trastadas, algunas de ellas, verdaderas chiquilladas que al recordarlas me río mucho. Su tendencia a la extravagancia y su gracia y sus prontos creo que no dejan ver todo lo que tiene. Siempre me ha preocupado que la gente se quedara sólo con sus ocurrencias y payasadas y no la considerara como lo que realmente es y tiene dentro.


Ingrid se echaba hacia atrás y se recostaba con gracia. Nos mirábamos, nos reíamos, nos poníamos serios, decíamos tonterías y cosas importantes. Yo llevo más de un año teniéndola, auque sea a distancia, como confidente para un tema, mi tema, que a veces todo lo contamina y a veces lo domino.

Hace un año escribí aquí que tal vez tuviera el mejor escote de la empresa. También tiene una piel estupenda y gracia para mirarte cuando hablas con ella. Tiene chispa en los ojos. Eran casi las diez cuando nos dijeron que el local empezaba a ocuparse por gente que iba a cenar. Pagamos y nos fuimos.

Quiso llevarme a un sitio dominicano, barato y bullicioso, pero no había sitio. Fuimos a buscar un kebab. Dejó a medias, como siempre, la cocacola. Dejo enfriar, como siempre, el cortado. Como siempre, como antes.

Eran mas de las doce y el sitio cerraba. Nos fuimos y entramos en otro sitio. Pedí un gintónic y ella una cocacola. No había cocacola sino una cosa un poco absurdo que se llama Canada Dry o algo así. Me hizo pronunciar por tercera vez un brindis, sabiendo ella que abrumo en esos momentos solemnes que a ella tanto le gustan. Fue bonito sentir esa mirada y esa sonrisa otra vez.

Nos fuimos. Ella estaba cerca pero me pidió que la acompañara a casa de su hermana, que es donde ella está ahora. Hay manguis y tirones en esa zona y a esas horas. Era la una y media, casi. Nos despedimos con un abrazo que duró bastante, diciéndome ella otra vez “gràcies, gràcies”. Le di un par de consejos bastante obvios y le besé la frente. Ella me besó en la mejilla. Me fui hacia Vía Layetana por Sant Pere més baix (La baixa de Sant Pere lo llama mi madre).

Anejo:

En el Blog de Jordi, 23 de abril de 2004:

Me he quedado con dos pétalos de Íngrid.

Soundtrack1:

I say high, you say low
You say why, and I say I don't know

Soundtrack 2:

There are places i'll remember
All my life though some have changed
Some forever not for better
Some have gone and some remain
All these places have their moments
With lovers and friends i still can recall
Some are dead and some are living
In my life i've loved them all


But of all these friends and lovers
There is no one compares with you
And these memories lose their meaning
When i think of love as something new
Though i know i'll never lose affection
For people and things that went before
I know i'll often stop and think about them

In my life i love you more

domingo, mayo 13, 2007

Vals de playa urbana
(escrito en tiempo real. Hay que leerlo con cariño y tratarlo bien)

La playa sin arreglar
como un pubis
pillado por sorpresa
sin depilar en mayo
es viernes por la tarde

Demasiados adolescentes
y sus voces desagradables
y latinos gritones
jugando al fútbol

La cincuentona y sus derrames
en las piernas blancas
con gafas de sol y tetas gastadas
canta Dios sabe qué copla

Y niñas con pelota y palas
absurdas pero inevitables

Dos chicas delgadas cerca
con sus risas y sus cosas
sus pechos pequeños sin descubrir
pero quieren morena toda su espalda

Una chica desnuda del todo
como yo, ahora escribe
tiene bonitos pechos
y se ha hecho un bonito moño

Hoy no veo, qué raro
ninguna chica guapa y garrula
con su novio tatuado y garrulo
que se tira pedos o eructos
para que la novia le grite

La chica desnuda ya no escribe
se siente y mira el mar
apoyada
su barbilla sobre sus rodillas

También hay una madre paciente
con cuatro petardillas
de entre trece y quince
grandes pezones oscuros
en sus grandes pechos caídos
un michelín por encima
de su bikini pequeño
fuma o lee y no dice nada

La chica desnuda
se mete en el agua
y el agua brilla
en sus redondas nalgas
se le acerca
un trentaytantos adolescente
es inglesa, creo
y educadamente ponte distancia
sale del agua
gotas frescas retenidas en su pubis

Las cuatro niñas en el agua, lejos
se quitan los bañadores gritan mucho
y a gritos comparan sus tetas

Llega un tío en bici plegable
con barba y gafas
y la espalda peluda

Tres mellizos vestidos igual
de tres añitos, diría
graciosísimos corretean desordenados
a rápidas zancaditas
uno tira arena al mar
otro se revuelca en la arena
y el otro se quita el pantalón
y sigue corriendo en círculo

Las niñas salen del agua
y se peinan con un cepillo
la madre grita a su hija
porque no se quita la camiseta
no estás gorda, le dicen las otras
y es verdad que no lo está
pero las otras tres
están delgadísimas

viernes, mayo 11, 2007

11 de mayo

Un poco antes de la una voy a comer un bocadillo de al panceta magra y jugosa que suele tener la Lluïsa. Me he tenido que tomar dos medianas para acompañarlo.

Estaba detrás de la barra su cuñado, un señor ya jubilado y con un puro chupeteado, mordisqueado y consumido. Luego se ha sentado en una mesa a secar cubiertos. A esas horas llegan los primeros clientes de menú. Un chico de una mesa de tres instaladores de algo se ha levtnado a por el mando de la tele y ha puesto la ruleta de la fortuna. Yo también lo iba mirando y hojeaba el número de marzo de la revista Chesterton, que tenía en el coche.

He estrenado la camiseta de River para ir a trabajar.




Soundtrack:

I saw her today at the reception
A glass of wine in her hand
I knew she was gonna meet her connection
At her feet was, footloose man
You can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes, well you might find
You get what you need

9 de mayo

Dios sabe por qué he pensado después de aparcar que iba a cenar rodajas de calabacín rebozadas.

Y una niebla pálidamente rosada al atardecer embellecía la silueta del Tibidabo, con la torre de telecos, la noria, los pinos, el templo etc.

¿Y a mí quién me susurra cuando dibujo besos?

Funcionarios solemnes con la barbilla erguida, me cansan.

10 de mayo

Bajo a Barcelona a las tres, loquera argentina, mi madre me prepara en un minuto una ensalada y una hamburguesa, me tomo un café y la hija de la dueña del establecimiento se agacha y me enseña el semitanga oscuro de encaje.

Justo Molinero apoya la candidatura de Jordi Hereu, del PSC. El que se afiliaba a CiU e intercambiaba favores con Pujol hace pocos años. El que tenía taxis y ahora tiene un grupo de comunicación, aunque sea local.

A ver si me sale el vals de Cristina que he pensado esta tarde.

Estoy ojeroso, no me afeitado desde el 30 de abril, tengo la nariz y mejillas rojas por el sol y el pelo bastante largo. Agotado y algo neurasténico. El lunes me tocó el pelo mi compañera de rizos ingrávidos. Me encanta alborotarle los rizos. Lo hago cada vez que la veo, que ahora es muy poco. Y a ella le gusta hundir sus dedos en mi pelo Tenemos la suficiente confianza y somos lo suficientemente petardos para hacerlo con naturalidad. De vez en cuando me pregunta si me pongo suavizante o algo, pobre de mí. Simpre huele estupendo.

Soundrack1:

Now when all the clowns that you have commissioned
Have died in battle or in vain
And you're sick of all this repetition
Won't you come see me, Queen Jane?

Soundtrack2:

Thought of you as my mountain top
Thought of you as my peak
Thought of you as everything
I've had but couldn't keep
I've had but couldn't keep
Linger on, your pale blue eyes
Linger on, your pale blue eyes

martes, mayo 08, 2007

8 de mayo. ¡Que no quiero verla!

Mientras soportaba mi catarro, insomnio y cansancio con susurros y halagos me enteré ayer por la noche de que Cristina se junta en la tele con Jorge Vestringe, Lucía Etxebarría, Miguel Ángel Rodríguez, Salvador Sostres y Risto Mejide.

Me sobresalto y pienso:

"¡Que no quiero verla!"

Aunque tumbe al seborreico Sostres o al aflautado exportavoz. Aunque lleve escote y un revólver escondido en el liguero.

¡Que no quiero verla
¡Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!

Pasado el susto de ayer, ya me parece que puede tener hasta gracia. De todos modos prefiero a la Fallarás en tejanos y blusa de colores ante la cual bajo la mirada en la Barceloneta, la que "a veces me mantiene y a veces me levanta", la que besa mi libro que es suyo, la que imagino sexy con resaca y chimenea, la que lleva sus rosas rojas en el metro y es la envidia.

lunes, mayo 07, 2007

6 de mayo

Hoy he dormido un poco más pero he vuelto a ir a trabajar. He tenido algunas pesadillas y seguía teniendo catarro al levantarme. Salgo de casa y veo a un tipo agachado y un bulto en el suelo algo del suelo, un Yorkshire curiosea lo que el tipo está haciendo, la dueña del Yorkshire le llama . También hay una chica que lleva un perro que le mira a un par de metros. Yo voy a comprar el periódico y estoy pensando en la mala pinta que tiene la cara del chico y lo seria que está la chica. El chico se levanta y lleva el bulto envuelto en sábanas o algo parecido. La chica le pasa el brazo por encima de los hombros. Entonces veo sangre, me alejo del chico, la chica y el bulto, yendo a la librería de la calle Craywinckel y cada vez veo más sangre. Hay un reguero de sangre de más de veinte metros. Sin saberlo estoy yendo hacia el origen del mismo, el paso de peatones de la calle Craywinckel. Siento un pinchazo en algún lugar y entro angustiado a la librería y cojo El Mundo.

Un rato después me entero por Arcadi Espada de algo que escribe Estefanía.

Pero lo interesante es el artículo de Joaquín Estefanía, en el suplemento del domingo. Un artículo violentísimo donde se lee textualmente: "Más discutible fue la presencia de algunos intelectuales franceses que antaño apoyaron Mayo del 68, en la tribuna del mitin desde el que se lanzaron las consignas exterminacionistas".

Toma ya. Y luego las beatas a escandalizarse por Federico. Estefanía se refiere a Glucksmann. Luego Espada recuerda que Glucksmann es judío, pero eso es lo de menos, con lo cual Espada patina ain necesidad. Precisamente había ayer una interesante entrevista a Glucksmann en El Mundo.

A la hora de comer; Mari, menudísima. Grandes ojos claros y piel morena. Y tatuada se escabulle, no sé. Hace dos o tres semanas me pareció que se sentaba a llorar aunque estaba yo demasiado lejos para verlo. Al ver eso dan ganas de acercarse y preguntarle agachado: ¿Mari, lloras? y si es que sí si es por culpa del macarra con el que se ha liado. El problema es que nunca le he dicho nada que no sea del estilo “¿hay pudin de coco?” y que me he enterado de esas cosas por alguien que conoce al que llevaba el restaurante hasta el pasado verano.

A eso de las cinco o las seis me siento cansado y harto y allí sólo hay pakistaníes vestidos de segurata muertos de asco, un coche de un instalador, sol, viento y polvo y en ese momento lo percibo todo bastante desolador. Luego me repongo y logro estirar el día con acento andaluz. Me voy a Barcelona de noche con el Loaded. Aunque me sigue doliendo la garganta grito mucho Sweet Jane y la vuelvo a poner y la grito aun más.



Soundtrack

I can't stop, I want to kiss your pretty lips,
'Cause I know, pretty babe, you got honey in your hips.

sábado, mayo 05, 2007

5 de mayo

Hoy, en el tajo hasta las siete.




Ayer,

Una consellera pequeña
y su ridícula comitiva
y una rubita preciosa
menuda y presumida
y catarro y neblinas
y funcionarios con barbas de colores
y mi jefe de Barcelona
y mi jefe de Granada
y una chica esbelta
con unos ojos hermosos
y un gordo innecesario
y sonetos en el viento
y cerveza sin alcohol y refrescos
y un rapaz atacó a un cuervo
y las piernas cansadas
y el corazón hambriento
y había amapolas
en el talud hidrosembrado
y papeles doblados y gastados
y rotudalor fino rojo
y te quiero igual
porque igual te quiero
y habían sido revocadas
todas las autorizaciones
y las botas largasy negras
de una chica en blusa y vaqueros
y cigarras de sección de viento
y solo, sólo ceno fresas y piña
y conciertos de Schumann
y versos de Whitman

4 de mayo

Ridícula comitiva, por comitiva y por numerosa. Corbatas sobrevenidas y sensación de ver mucho betún en los zapatos. Qué risa.

Y yo, que no sólo no me gusta estar en el centro sino que si puedo doy un pasito atrás para ser menos visto protagonizo un, digamos, simpático momento de distensión con la consellera y me siento rodeado de pupilas. Algunas incluso bovinas.

Desde mi último repliegue sigo sin dormir bien, me suelo despertar de un sobresalto una hora antes de que suene el despertador, me vuelvo a dormir y luego me cuesta un montón salir de la cama, me va la cabeza demasiado deprisa y salto de un pensamiento a otro y de una sensación a otra y ayer me acatarré al mojarme. Sin embargo hacía meses que no me sentía enchufado como ahora. Debo de tener alguna retroalimentación.

En fin, los hombres tranquilos, con nuestro boxeador atormentado dentro.

He escrito un romance de dos versos.

Qué bien hoy Arcadi Espada.



Soundtrack:

Te quiero pero te llevaste la flor
y me dejaste el florero
te quiero me dejaste la ceniza
y te llevaste el cenicero
te quiero pero te llevaste marzo
y te rendiste en febrero
[....]
te quiero pero te olvidaste abril
en el ropero pero igual
te quiero no me gusta esperar
pero igual te espero

viernes, mayo 04, 2007

3 de mayo

Me ha pillado un chaparrón subiendo a pie del tajo. He llegado a casa a las diez y con los pies un poco mojados.

Estos días antes de apagar la luz tengo el Poeta en Nueva York, unos quince minutos, no se crean, sigo cansado y no acabo de dormir bien. Lo compré hace poco. De Lorca ya tenía, un libro, que en realidad es de mi padre, contiene:

Libro de poemas
Cantares Populares
Romancero Gitano
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
Yerma
La casa de Bernarda Alba
Mariana Pineda
Y unas setenta páginas de artículos.

Además en la feria del libro antiguo de hace ya unos cuantos años compré un volumen de su correspondencia.

Pero eso, que el Poeta en NY no lo tenía.

Me cuesta apartar los ojos de sus dos valses. Uno ya lo puse aquí, El Vals en las ramas, el pasado verano. El otro es el Pequeño vals vienés. En este último se basó Leonard Cohen para su Take this waltz (no estoy seguro del título). La letra es una traducción ligeramente adaptada.

Cuando tenía 16 o 17 años me gustaba un poco leer pero nunca leía poesía. Creo que porque ya tenía a Lennon y a Dylan para pensar cosas y evocar según qué . Pero un día empecé a leer un libro de poemas de Miguel Hernández de mi madre yme impresionó mucho y poco después el libro de García Lorca que decía antes. Fue la única poesía que leí en bastante tiempo.

El libro de Miguel Hernández lo llevaba cuando fuimos con el instituto, cómo no, a Ámsterdam. El de Lorca lo tuve unos días en el Clínico de Barcelona. El asma que había ido desapareciendo durante la adolescencia volvió bruscamente cuando tenía 20 y 21 años peque se me ocurrió fumar durante unos años. A primeros de octubre del 98, un sábado de madrugada me ingresaron en el Clínico y no me dejaron ir hasta el miércoles siguiente. Cuando los médicos tuvieron claro que algunos días me tendría que quedar me preguntó mi madre o mi padre si quería que me trajera un libro para aquellos días. El de Lorca, dije. Recuerdo que el miércoles que me fui hacía sol y fue el primer día en el que paseé por el pasillo del hospital. Estaba con el triste pijama de hospital y un albornoz cutre y amarillo encima. Me senté en un banco por donde entraba el sol de claustro y estuve un rato leyendo.

El Pequeño Vals Vienés acaba así:

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

Entre estrofa y estrofa:

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

o

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

o

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".

Del Vals en las Ramas

Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor.

Cuando antes he pensado que cuesta apartar los ojos de estos versos he recordado que me ocurre lo mismo con los primeros versos de Aullido y de América.

De Aullido:

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,

De América:

América, te lo he dado todo y ahora no soy nada.
América, dos dólares y veintisiete centavos. 17 de Enero de 1956.
No aguanto mi propia mente.




Soundtrack, ya que llueve:

I'm walking through streets that are dead
Walking, walking with you in my head
My feet are so tired, my brain is so wired
And the clouds are weeping

miércoles, mayo 02, 2007

May

May, she will stay,
Resting in my arms again.


Llevamos acumulado:

April come she will
When streams are ripe and swelled with rain;
May, she will stay,
Resting in my arms again.