viernes, diciembre 18, 2009

17 de diciembre. Cuesta abajo

Lo peor de trabajar hasta pasadas las diez, de pasear el constipado en sitios con olor de recién pintado y polvo de cemento barrido del glamuroso Vallès, de notener tiempo para pensar en cosas importantes como el amor o el Estatut, es que uno llega a casa casi a las once, prescinde de las verduras, sopas y ensaladas de las últimas semanas y acaba pidiendo una pizza por teléfono. La gracieta es por citar, que me divierte mucho, lo de De Quincey:


“Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse".


Y claro, después de lo del domingo ya estaban los analistas de Madrid (de los periódicos de Madrid) aludiendo al Ortega cuyo recuerdo me venía mientras comía menú y la tele estaba demasiado alta. De aquel discurso parlamentario en la emocionante República hoy flota, casi, sólo, esto:


“Pues bien, señores; yo sostengo que el problema catalán, como todos los parejos a él, que han existido y existen en otras naciones, es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar, y al decir esto, conste que significo con ello, no sólo que los demás españoles tenemos que conllevarnos con los catalanes, sino que los catalanes también tienen que conllevarse con los demás españoles.”

O pero, aun menos:

"el problema catalán[..] no se puede resolver, [..]sólo se puede conllevar"

Que parece anunciar la derrota ante él o, haciendo una nacionalderivada, anunciar una declaración de guerra, un martirio permanente.

Como no encuentro el párrafo en que pensaba ahora, lo dejo, con tres tazas de caldo y uvas fermentadas, pensadas entre muslos nebulosos donde se posan sonetos de Quevedo.

sábado, diciembre 12, 2009

8 de diciembre

Prescindo, hipócrita lector, de mis interesantes reflexiones acerca del problema catalán que me han hecho pensar desapasionadamente estos días de puente que no he tenido, pues trabajé ayer y un par de horas hoy por la mañana.

Creo que por el amor sin apenas condición hacia Arcadi Espada (el casi, como ejemplo, es por cosas como esa aburrida y cursi del sábado pasado) abandono el camino hacia joven barroco. También por la edad. Porque ya hace muchos años que me desternillé con algo inigualable como el castellano viejo.

Y así, deslavazado, asoman las rodillas sentado en la bañera, por encima con espuma alrededor, con el vibrar en las mucosas por los teclados y violines de Bach. Pensando y temiendo lo mismo de siempre.

lunes, diciembre 07, 2009

6 de diciembre

Por la mañana.

Me despierto con dolor de cabeza. Intento dormir un poco más pero sólo consigo hacer el vago. Hace sol. Voy por el periódico y consigo subir a lo alto del Putxet. Hay un montón de gente en la placita. Unos tíos silenciosos en chándal que hacen caso a una mujer asiática que debe de tratar de armonizarlos o algo así. Alrededor de las dos mesas de picnic, ocupadas con zumos y demás, un grupo de padres y niños pequeños colgando la cola a un burro con los ojos vendados hacen mucho ruido y se lían con la derecha y la izquierda. Luego los niños rodean a un señor con su cocker y su periódico. Del grupo sale una madre más cerca de los 40 que de los 30 con los muslos y el culo bien perfilado por unos vaqueros y unas botas y también por su simpatía. Les hace jugar. Les hace hacer un circuito dando vueltas a un árbol, saltar a la pata coja y les da un premio. Me embobo con el siguiente juego y no me voy hasta que acaban. La madre pone a cada niño en un árbol (niña, más bien, sólo hay un niño) y uno en medio y cuando dice ya cada uno tiene que ir a un árbol distinto al que estaba y el del medio coger uno. Es gracioso el infantil desconcierto cuando van dos a un mismo árbol y se quedan mirando alrededor buscando respuestas, tan peques, tan monos.


Per la tarda

En llevo de la migdiada encara de dia, amb un preciós cel escarlata per dir mentides boniques a la tarda. Perdo el temps una mica i baixo al centre, compro un regal a la FNAC i baixo a la fira de Santa Llúcia. Hi baixo, crec, perquè trobo a faltar algú i les ganes de que s’endinsi i sentir-ne una estranya satisfacció.


Soundtrack

Once under a scarlet sky I told you never ending lies,
But they were the words of a drunken vagabond

domingo, diciembre 06, 2009

5 de diciembre. Incendio de sentido

Cuando murió Umbral Pedrojota dio 100 contraportadas a columnistas, escritores, colegas y alguna cosa extraña (recuerdo la de Ana Belén o la de Ramoncín). En la suya, escribió Arcadi Espada:

“La hora de su muerte no debe añadir misterio ni redención a su estilo. Era el tipo de hombre que va echando palabras como si la columna fuese una ruleta y que, pacientemente, va comprobando los efectos. Así lo hacen tantos poetas. A diferencia de la mayoría de ellos, sin embargo, Umbral no trabajaba con los riachuelos de la vida, que es el morir, sino con las grasientas tuberías de la actualidad. Confiaba que al menos una vez por párrafo se produjera aquel incendio de sentido que Michel Leiris advertía en el choque más o menos fortuito de las palabras. A veces se producía.”

Y a veces el incendio es fortuito y no sabes a quién culpar. El otro día leí “mugrons frescos” en lugar de “mugrons foscos” que es lo que había escrito. Lo de adjetivar pezones está complicadísimo porque casi está todo dicho así que me ilusionó tropezarme con una frescura irreal.. En un reciente lectura de Carvalho (hacía más de diez años que no leía ninguno)
“se quitó el jersey angorino por encima de la cabeza y saltaron dos senos con dos frambuesas en las puntas”. Obvio que el incendio aquí no son las frambuesas, aunque “frambuesas” mejora a” fresas” sino que las frambuesas salten.

miércoles, diciembre 02, 2009

2 de diciembre. That big fat moon is gonna shine like a spoon/ love ain't for keeping

Ayer subimos y bajamos la montaña en coche cuando atardecía. Nos había invitado un sevillano divertidísimo a comer en Vallromanes, que ni sabía yo que existiera el pueblito, cosas como ravioli relleno de langostino y más cosas, inventos con tófona, foie, panecillos de mantequilla, cabrito no sé si reducido y en ese plan. Conducía mi compañero y al ir a pasar el peaje en Alella para la autopista me di de bruces con la hermosa luna gorda que brillaba reventona en el cielo sin oscurecer del todo y barrido de nubes estos días fríos. Repantigado en elasiento y atontado por el Mauro 2006 (que tampoco sabía que existiera), por el tiramisú y por las curvas y contento jodida luna baja que se veía enorme.

Casi conseguiré hacer el ridículo con cierta elegancia y parsimonia.. En la revisión médica de la empresa llego encogido y con el ánimo agarrotado, como me suele pasar. Y al final no me han sacado sangre, que es lo que me aterra. Pero el hombrecito una estaba dentro dando patadas en el estómago. Luego de verme el médico voy a otro lado donde primero me miden y me pesan. “Bueno, te sobran un par de kilos, o por ahí”. La prevengo al tomarme la tensión lo que la hace sonreír y al acabar me dice “tienes el síndrome de la bata blanca”.

Vuelvo a la luna esta tarde, menos gorda, más tapada y menos fría. Mirándola mientras las almas se deshilachan en las yemas y pienso en un rubio que viene cantando que el amor no es para ser retenido.


Soundtrack 1

Well, that mockingbird's gonna sail away,
We're gonna forget it.
That big, fat moon is gonna shine like a spoon,
But we're gonna let it,
You won't regret it.



Sountrack 2

Black ash from the foundry
Hangs like a hood
But the air is perfumed
By the burning firewood
The seeds are bursting,
The Spring is seeping
Lay down my darling
Love ain't for keeping